Ciudad de Guatemala, 15 abr (Prensa Latina) — Más de 11 mil guatemaltecos han sido repatriados desde Estados Unidos y México en lo que va de 2025, según cifras oficiales del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), lo que evidencia la constante presión migratoria que enfrenta el país, así como los desafíos estructurales que motivan a miles a abandonar su tierra.
De acuerdo con el IGM, desde enero hasta el 12 de abril ingresaron al país 11 mil 174 connacionales por vía aérea y terrestre. De estos, nueve mil 59 llegaron en 101 vuelos desde Estados Unidos, distribuidos entre siete mil 112 hombres, mil 512 mujeres, 435 niños, niñas y adolescentes (NNA) y 302 unidades familiares.
Por su parte, desde México fueron repatriadas dos mil 115 personas, divididas en mil 60 por vía aérea (10 vuelos) y mil 55 por vía terrestre en 76 autobuses.
Además, el informe destacó 15 vuelos extraordinarios, en los que fueron retornadas mil cinco personas, incluyendo 734 hombres, 246 mujeres, 25 menores y 20 familias.
El flujo constante ha llevado a las autoridades a reforzar la logística de recepción en el país. El IGM informó que mantiene operativos sus protocolos de atención, los cuales incluyen alojamiento temporal en el Centro de Atención Migratoria de la capital, especialmente útil para aquellos que provienen de comunidades lejanas. A esto se suma el respaldo de la Casa del Migrante, que colabora en brindar un retorno digno y seguro a los repatriados.
“No están solos”: un mensaje en medio del retorno
El presidente guatemalteco Bernardo Arévalo expresó su solidaridad con los retornados, asegurando que su administración está comprometida con su bienestar. “No están solos, sabemos que están pasando momentos de incertidumbre, preocupación, pero estamos con ustedes y lucharemos por ustedes”, declaró el mandatario al presentar en febrero el Plan Retorno al Hogar, una iniciativa para apoyar a los migrantes a reintegrarse al país.
Menos deportaciones, misma preocupación
Pese al alto número de retornados, las cifras representan una disminución del 58 % en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando las políticas migratorias de Estados Unidos, en ese entonces encabezadas por el expresidente Donald Trump, implicaron mayores redadas y deportaciones masivas.
Sin embargo, el descenso numérico no cambia la raíz del problema. “Guatemala necesita atender las causas estructurales que provocan que la gente abandone el país, como el desempleo, la pobreza y la violencia”, advirtió el sacerdote Francisco Pellizzari, director de la Casa del Migrante.
¿Un cambio de rumbo?
Los flujos migratorios son reflejo de una realidad persistente: la falta de oportunidades que obliga a miles de guatemaltecos a buscar un futuro mejor fuera del país. Mientras continúe esta situación, el fenómeno migratorio seguirá siendo una constante en la historia del país.
Las cifras, si bien impactantes, son solo la parte visible de una problemática más profunda que requiere respuestas estructurales, sostenibles y humanas. El reto, tanto para las autoridades como para la sociedad civil, será construir condiciones que permitan que migrar no sea una obligación, sino una elección.
