El pasado 15 de noviembre, durante la tradicional feria anual en el Congreso en el marco de la marcha por el cannabis en Argentina ,Buenos Aires , se vivieron escenas de violencia y represión policial que generaron indignación entre los organizadores y participantes. La actividad, organizada por colectivos como el Colectivo de Reflexión sobre los Consumos , buscaba promover el debate sobre políticas de drogas, la reducción de riesgos y el acceso a información sobre consumo cuidado.
En diálogo con Wanda Pietropaolo, estudiante de psicología en la UBA e integrante del colectivo organizador, nos relató los detalles de lo ocurrido. “La actividad tenía todos los permisos necesarios, pero desde el inicio la policía de CABA mostró resistencia a aceptarlos. Había micros de la Metropolitana, hidrantes y oficiales desplegados como si estuviéramos organizando algo ilegal”, explicó Wanda.
Un evento de años, frustrado por la represión
La marcha por el cannabis se celebra cada noviembre y, en mayo, la Marcha Mundial de la Marihuana. Ambas buscan visibilizar las luchas por la legalización del cannabis , los derechos de consumidores y emprendedores relacionados. En esta edición, las fuerzas de seguridad impidieron incluso el montaje de gazebos para resguardar a los participantes del sol, a pesar de que la marcha es conocida por su carácter pacífico.
Según Wanda, al intentar instalar un mirador, la policía intensificó su presencia y rodeó al grupo de organizadores. “Al abrir el mirador para proteger a una compañera y su hijo con autismo, nos rodearon con escudos , comenzaron a avanzar, golpeando a la gente y apuntando a la cara”, narró.
Heridos, amenazas y una carga simbólica violenta
Aunque no hubo detenidos, varias personas sufrieron ataques físicos y psicológicos. “Dos compañeras tuvieron ataques de pánico. Tuve que aplicar primeros auxilios psicológicos”, añadió Wanda. Además, los oficiales emitieron amenazas explícitas: “Nos dijeron que si nos detenían, no saldríamos hasta el martes”, denunció.
La represión incluyó la incautación de material del evento, como plantas de marihuana y folletos informativos. “Nos dijeron que no teníamos permiso, pero eso era falso. Incluso en la Casa Rosada habían sellado nuestro documento oficial. Fue un acto cínico y violento”, afirmó la organizadora.
Un evento por la salud y el bienestar, atacado por prejuicios
El Colectivo de Reflexión sobre los Consumos trabaja en la promoción del cuidado y reducción de riesgos en contextos de consumo. Durante estos eventos, suelen ofrecer agua, caramelos, información sobre cruces de sustancias y contención psicológica en caso de emergencias. “Todo nuestro trabajo está relacionado con la salud mental y el acompañamiento, pero la carga peyorativa hacia la marihuana medicinal y recreativa sigue siendo enorme”, reflexionó Wanda.
Denuncias y reclamos de justicia
A pesar de la represión, los organizadores lograron presentar denuncias con el respaldo de organismos de derechos humanos presentes en el lugar. Sin embargo, exigen justicia y que estos actos de violencia institucional no se repitan.
Este episodio pone en evidencia la necesidad de un debate profundo sobre las políticas de drogas en Argentina, que no solo criminalizan a los consumidores, sino que también atacan iniciativas que buscan educar y proteger a las personas. La marcha por el cannabis, lejos de ser una amenaza, representa un espacio para la reflexión y el diálogo que, este año, fue silenciado a golpes.