Costa Rica, conocido por sus avances en educación primaria y acceso a la enseñanza básica, evidencia profundas brechas en la escolaridad secundaria, según el Índice de Competitividad Nacional (ICN) 2024 del Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC). Apenas el 30% de los costarricenses mayores de 25 años ha finalizado la secundaria, con una escolaridad promedio de solo 7,7 años para esta población.
Desigualdades regionales marcadas
El análisis del CPC muestra que la educación secundaria es un privilegio en muchos cantones del país. Mientras Montes de Oca y San Pablo lideran con poco más del 50% de su población adulta completando este nivel educativo, la mayoría de los cantones no supera el 40%.
Cantones como Tibás, Barva, Belén, Escazú y Santa Ana presentan cifras relativamente altas, pero las comunidades costeras y fronterizas enfrentan una realidad preocupante: Los Chiles (15%), Río Cuarto (17%) y Sarapiquí (18%) tienen los porcentajes más bajos.
«Atender estas disparidades educativas es clave para reducir la desigualdad y mejorar la competitividad del país en una economía global», afirmó Shirley Saborío , vicepresidenta ejecutiva del CPC.
El desafío de la sobreedad estudiantil
El informe también destaca el fenómeno de la sobreedad, especialmente en secundaria. Este problema, donde los estudiantes avanzan en los grados con edades superiores a las estipuladas, se intensifica en cantones fronterizos y costeros.
Aunque el 94% de los niños entre 6 y 11 años asisten a la primaria, el 11% lo hace con una edad superior a la oficial. En secundaria, la situación es más crítica: solo el 82% de los adolescentes de 12 a 16 años están matriculados en los niveles correspondientes, y el resto enfrenta riesgos o deserción.
La sobreedad refleja una fragmentación estructural del sistema educativo costarricense. Esto no solo impacta el desempeño académico, sino también las oportunidades laborales y el desarrollo económico de las regiones más vulnerables.
La urgencia de políticas educativas inclusivas
Los hallazgos del CIE 2024 subrayan la necesidad de reformas estructurales en el sistema educativo. Mejorar el acceso a la secundaria y reducir las tasas de deserción debe ser una prioridad para cerrar brechas socioeconómicas y garantizar un desarrollo sostenible en todo el país.
Costa Rica, un país que históricamente ha invertido en educación, enfrenta ahora el reto de extender esa apuesta al nivel secundario, promoviendo la igualdad de oportunidades para todos sus ciudadanos.