Netanyahu y su procaz matonismo: “no hay lugar en Oriente Medio al que el largo brazo de Israel no pueda llegar”

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El principal rostro del sionismo guerrerista israelí, tomó nuevamente por asalto el podio de la Asamblea General de las Naciones Unidas, para recurrir, por enésima vez, a su diplomacia de bullying.

Al hacerlo, el autodesignado dueño de la verdad, reiteró las mentiras que habitualmente profiere respecto a que Israel es la histórica víctima pacifista de la brutalidad belicista árabe -particularmente, la palestina-, y que, como tal, tiene irrestricto derecho a defenderse como considere necesario.

Sumado a ello, volvió a proyectar la imagen de que Israel es constante blanco de difamación, y que una proporción considerable de las calumnias se originan, precisamente, en el podio del principal foro mundial.

Y es no es más que antisemitismo, aseguró, al repetir la intolerante visión del gobernante sionismo israelí en el sentido de que cualquier crítica que se formule a su criminalidad y a su avorazado expansionismo imperialista, es persecución antijudía.

Obvio propagador de esa aberrante y peligrosa línea de monólogo: el corrupto primer ministro israelí, el belicista Benjamin Netanyahu.

El coimero jefe de gobierno, dio inicio a su insultante verborrea de algo más de 30 minutos -aproximadamente el doble de extensa que el promedio de los discursos de otros oradores-, planteando, arrogantemente, que tuvo que distraerse de masacrar palestinos y violar soberanías nacionales, porque se sintió en la obligación de aleccionar al mundo, sobre la verdad -o sea, sobre el punto de vista del sionismo genocida-.

Y, por si todo lo anterior hubiese sido poco, insultó a Naciones Unidas y a la mayoría de los 193 países que actualmente integran la principal organización planetaria -el masivo bloque contrario a la bestialidad guerrerista israelí-

Netanyahu no podía dejar pasar la oportunidad para glorificar la probada capacidad asesina de la estructura militar de Israel -sin advertir, en su torpe arrogancia, la obvia contradicción que, de hecho, planteó: la víctima de la violencia árabe, tiene irrestricta capacidad como genocida regional-.

“Yo no tenía la intención de venir aquí, este año. Mi país está en guerra por su vida”, dijo, al iniciar el hipócrita discurso -antecedido, varias veces interrumpido, y despedido por el aplauso y los irracionales gritos de aprobación por parte de un grupo de patéticos/acríticos seguidores posicionados en el área asignada al público general-.

“Pero, después de que oí las mentiras y las difamaciones lanzadas a mi país, por muchos de los oradores en este podio, decidí venir aquí, y poner las cosas en su lugar”, agregó, desplegando su autocrática arrogancia, reduciendo un ámbito de debate internacional a la condición de sala de sesiones del criminal gabinete militarizado israelí.

“Decidí venir aquí, a hablar por mi pueblo, a hablar por mi país, a hablar por la verdad”, agregó, obviando la monumental realidad de que un sector considerable de la población israelí lo adversa -algo que evidencian las masivas manifestaciones opositoras que, a nivel nacional en el país de Oriente Medio, condenan la masiva y selectivamente asesina política guerrerista y la corrupción del régimen netanyahuista-.

“Y aquí está la verdad: Israel busca la paz, Israel ansía la paz, Israel ha hecho la paz y hará la paz, otra vez”, aseveró.

“Sin embargo, enfrentamos enemigos salvajes quienes buscan nuestro aniquilamiento, y debemos defendernos contra ellos”, agregó, de inmediato.

Flagrante mentira: el gobernante sionismo israelí busca el aniquilamiento -o el sometimiento- de los palestinos, para anexar el territorio del Estado árabe -de modo que la totalidad de Palestina se convierta en Israel-.

Separadas por territorio israelí, Cisjordania y la Franja de Gaza son los sectores
-respectivamente, occidental y oriental- del territorio que corresponde al Estado de Palestina -creado, en 1947, junto con el de Israel, por Naciones Unidas-, al cual el sionismo extremista se niega a reconocer.

La oriental Cisjordania -mencionada, asimismo, como la Margen o la Ribera Occidental (West Bank)- limita, en el norte, el oeste, y el sur, con Israel, y en el este, con Jordania -separadas ambas por el Río Jordán y el Mar Muerto-, al tiempo que la occidental Gaza es fronteriza con, en el norte y el este, con Israel, y, en el sur, con Egipto, además de que es bordeada, en el oeste, por el Mar Mediterráneo-.

Cisjordania, establecida sobre 5,640 kilómetros cuadrados -con algo menos de 3.2 millones de habitantes-, es el área mayor, mientras Gaza cubre 365 kilómetros cuadrados -y su población es de poco más de 2.1 millones, es desplazada, en un noventa por ciento, por la guerra genocida en desarrollo desde el 7 de octubre de 2023-.

Gobernada, desde 2007, por el movimiento políticomilitar palestino Harakat al-Muqawama al-Islamiya -que, en transliteración del árabe, significa Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas)-, Gaza es una de la zonas más densamente pobladas, a nivel mundial, a lo que se suma el hecho de que, a causa del inmisericorde bloqueo impuesto, desde ese año, por Israel, la aislada franja presenta algunos de los más críticos índices socioeconómicos.

Ambas extensiones territoriales palestinas están bajo ocupación por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (Israel Defense Forces, IDF) -Gaza, en el contexto de la presente guerra, completamente, y Cisjordania, hace décadas, en aproximadamente 90 por ciento-.

En referencia a la presunta victimización de Israel, Netanyahu presentó, en Naciones Unidas, la gastada/sesgada versión sionista respecto al inicio, el 7 de octubre de 2023, del presente genocidio impuesto a los palestinos en la franja.

Hamas perpetró, la mañana de ese día, en territorio israelí, desde la fronteriza Gaza, un ataque terrorista que cobró 1200 vidas e implicó el secuestro de 251 rehenes judíos
-incluidas mujeres-, lo mismo israelíes que de otras nacionalidades.

La respuesta, por la noche, del régimen de Netanyahu, consistió en lanzar -en presunta legítima defensa- la guerra de exterminio con la cual ha asesinado a más de 40 mil palestinos -la mayoría, niños y mujeres-.

Ello, además de haber destruido, selectivamente, infraestructura hospitalaria y educativa, y de recurrentemente bombardear convoyes internacionales que trasportan ayuda humanitaria de emergencia, lo que se suma al intensificado bloqueo que impide el fluido ingreso, a Gaza, de esa asistencia.

Tratando de imponer el gastado/manipulador argumento del derecho a la defensa como justificación -inaceptable- de la limpieza étnica que está perpetrando en la franja, expresó que “la maldición del 7 de octubre empezó cuando Hamas invadió Israel, desde Gaza”, y agregó: “pero no terminó ahí”.

“Israel se vio, pronto, obligada a defenderse en otros seis frentes de guerra organizados por Irán”, siguió planteando -ahora tratando, asimismo, de justificar la también inaceptable regionalización israelí de la guerra contra Gaza-.

La excusa -otra vez-: responder a ataques lanzados -desde el sur de Líbano- contra la limítrofe Israel, por parte de la musulmana organización políticomilitar libanesa Hezbollah -en transliteración del árabe: Ḥizbu-‘llāh- (Partido de Dios)-.

Y también a las agresiones de la islámica organización políticomilitar Ansar Allah (en transliteración del árabe: Seguidores de Dios) -popularmente conocida como al-Hūthiūn (en transliteración del árabe: Movimiento Houthi).

Este movimiento fue fundado en 1994, en Saada, en el extremo noroeste de Yemen -país ubicado en la zona sur de la Península Árabe, del cual fue la capital-.

Esta organización terrorista toma su nombre de la etnia Houthi -que habita el sector norte de Yemen-, a la cual pertenece la mayoría de los dirigentes de la organización.

El Movimiento Houthi, ahora con base operativa en la noroccidental ciudad de Sana’a -la capital nacional-, tiene presencia principalmente, en la franja fronteriza norte -el límite terrestre, de 1307 kilómetros, con Arabia Saudita-.

Respecto a las acciones bélicas contra Israel originadas en el sur libanés, Netanyahu aseguró que “el 8 de octubre, Hezbollah nos atacó desde Líbano”, para agregar que, “desde entonces, han disparado más de ocho mil cohetes contra nuestras localidades y ciudades, contra nuestros civiles, contra nuestros niños”.

“Dos semanas después, los Houthis en Yemen, respaldados por Irán, lanzaron drones y misiles hacia Israel, el primero de 250 ataques, incluido uno, ayer (26 de setiembre), dirigido a Tel Aviv”, agregó a la narrativa oficial judía, para contabilizar -sin mención de fuente- que “guerrilleros shiitas de Irán, en Sira e Irak, también han apuntado hacia Israel, decenas de veces, el pasado año”.

La shiita es una de las dos principales ramas del islam -la otra es la sunita-.

“Alentados por Irán, terroristas palestinos en Judea y Samaria perpetraron decenas de ataques allí, y en toda Israel”, planteó, usando, al mencionar esas dos regiones, la denominación militar israelí de Cisjordania.

“Y, en abril pasado, por la primera vez, Irán directamente atacó a Israel desde su propio territorio, disparado 300 drones, misiles cruise, y misiles balísticos contra nosotros”, agregó, de inmediato.

En una mezcla de irrespeto e ignorancia en cuanto a la naturaleza de Naciones Unidas y a su histórico documento constitutivo -la Carta de las Naciones Unidas, que data del 26 de junio de 1945, casi tres meses antes del fin de la segunda guerra mundial (1939-1945)-, Netanyahu no se limitó a amenazar, a justificar la bestialidad del militarismo israelí, a insultar a la organización mundial.

En tal contexto, se dirigió, específicamente, a la brutal teocracia musulmana instalada en 1979 en Irán -dictadura violadora de los derechos humanos, particularmente las garantías de la población femenina-, mencionando a Teherán, la capital nacional.

“Tengo un mensaje para los tiranos de Teherán: si nos atacan, los atacaremos”, dijo.

“No hay lugar, no hay lugar en Irán, al cual el largo brazo de Israel no pueda llegar. Y esa es la verdad de todo Oriente Medio”, advirtió, en alarde de guerrerismo imperialista.

“Lejos de ser ovejas conducidas al matadero, los soldados de Israel han respondido peleando con increíble valentía y con sacrificio heroico”, aseveró.

“Y tengo otro mensaje -para esta asamblea, y para el mudo fuera de este salón-: estamos ganando”, se permitió decir, en modo de soez belicismo triunfalista, exagerando arrogancia, visiblemente disfrutando su patanería -de momento, impune-.

Siguiendo esa guerrerista línea discursiva, dijo que, “por casi un año, los valientes hombres y mujeres de las IDF ha estado, sistemáticamente, aplastando el ejército del terror de Hamas que, alguna vez, gobernó a Gaza”.

“El 7 de octubre, el día de la invasión en Israel, ese ejército del terror contaba con casi 40 mil terroristas, estaba armado con más de 15 mil cohetes, tenia 350 millas (algo más de 560 kilómetros) de túneles del terror -una red subterránea mayor que la del sistema del Metro de Nueva York- que usaron para sembrar el caos encima y debajo del suelo”, agregó.

“Un año después, las IDF han matado o capturado a más de la mitad de esos terroristas, destruido más de 90 por ciento de su arsenal de cohetes, y eliminado los segmentos clave de su red de túneles”, se vanaglorió.

“En moderadas operaciones militares, destruirnos casi todos los batallones del terror de Hamas: 23 de 24 batallones”, siguió enumerando.

Al hacerlo, formuló, respecto a Gaza, el curioso y criminalmente arbitrario concepto de moderación operativa militar.

Los principales números de ese demencial recato bélico: más de 40 mil palestinos masacrados en menos de un año -la mayoría niños y mujeres-, destrucción de infraestructura en escala de tierra arrasada, bombardeo de hospitales, escuelas, instalaciones de entidades humanitarias internacionales -en alto número, utilizadas como precarios lugares de refugio para miles de desplazados-.

Ello, con particular ensañamiento contra la Agencia de Naciones Unidas para la Población Refugiada Palestina en Oriente Próximo (United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees in the Near East, Unrwa), además de rafagueo aéreo contra convoyes civiles -visiblemente identificados- transportando ayuda humanitaria para la brutalmente victimizada población civil.

De acuerdo con la narrativa del sionista criminal de guerra, el régimen está llevando la supuesta moderación operativa militar fuera de Gaza, específicamente contra la organización terrorista libanesa.

“Israel tiene que también derrotar a Hezbollah, en Líbano”, porque “Hezbollah es la quintaescencia de las organizaciones terroristas en el mundo, hoy”, amenazó.

“Tiene tentáculos que cubren todos los continentes (…) ha asesinado a los ciudadanos de muchos países representados en esta sala, y ha atacado, despiadadamente, a Israel, los pasados veinte años”, dijo, a continuación.

“Durante el pasado año, completamente sin provocación, un día después de la masacre de Hamás del 7 de octubre, Hezbollah inició ataques contra Israel, que obligaron a más de 60 mil israelíes, en nuestra frontera norte, a salir de sus hogares, convirtiéndose en refugiados en su propia tierra”, agregó.

“Hezbollah convirtió vibrantes ciudades, en el norte de Israel, en ciudades fantasmas”, aseveró.

Y, manipuladoramente, agregó: “de modo que quiero que ustedes piensen sobre esto, en términos equivalentes estadounidenses”.

“Sólo imaginen si terroristas convirtieran El Paso y San Diego en ciudades fantasmas”, planteó, de inmediato, en alusión a dos sureños centros urbanos estadounidenses fronterizos con México.

“Después, pregúntense: cuánto tiempo toleraría eso el gobierno estadounidense? Dudo que lo toleraría siquiera un día”, siguió planteando maniobreramente.

Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel
Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel

“Sin embargo, Israel ha venido tolerado esta intolerable situación, por casi un año”, dijo, para enfatizar, autoritariamente: “pues he venido, hoy, aquí a decir que es suficiente”, y que “no aceptaremos un ejército del terror, apostado en nuestra frontera norte, capaz de perpetrar otra masacre estilo 7 de octubre”.

“Por 18 años, Hezbollah, con absoluto descaro (…) se desplazó hasta nuestra frontera, cavó túneles de terror para infiltrar nuestras comunidades, e indiscriminadamente disparó miles de cohetes contra nuestras ciudades y aldeas”, siguió narrando.

“Dispara esos cohetes y misiles, no desde instalaciones militares -también hacen eso- sino que disparan esos cohetes y misiles después de que los colocan en escuelas, en hospitales, en edificios de apartamentos, y en los privados hogares de los ciudadanos de Líbano, ponen en peligro a su propio pueblo”, agregó.

“Ponen un misil en cada cocina, un cohete en cada garaje”, aseveró, sin medir el disparate, y sin siquiera tener en cuenta que, según datos de la Corporación Pública de Vivienda (Public Corporation for Housing) del Ministerio de Vivienda y Cooperativas (Ministry of Housing & Cooperatives) de Líbano, el país -cuya población nacional es de alrededor de 5.4 millones- cuenta con, por lo menos 837,500 viviendas.

O sea que, según Netanyahu, frente a Irán -cuyo arsenal de misiles es uno de los mayores en Oriente Medio, con alrededor de tres mil-, Hezbollah es una superpotencia militar regional con alrededor de un millón de misiles, o más -a razón de uno o dos en cada hogar libanés, cocinas y garajes incluidos-.

Y según la racista/xenofóbica narrativa trumpiana, los inmigrantes haitianos, en Estados Unidos, comen las mascotas de sus vecinos, además de que en el mundo la criminalidad está en baja, porque los gobiernos “emigran” a sus delincuentes, criminales, enfermos mentales, hacia Estados Unidos

De acuerdo con la amenazante visión del guerrerista autócrata israelí, “mientras Hezbollah elija el sendero de la guerra, Israel no tiene opción, e Israel tiene todo el derecho de remover esa amenaza y regresar, seguros, a nuestros ciudadanos”.

“Y eso es, exactamente, lo que estamos haciendo”, aseveró.

Dando a entender que, ahora, en Líbano, hay un número considerable cocinas y garajes libres de armas de guerra, Netanyahu informó, al mundo, que, “apenas esta semana, las IDF destruyeron grandes porcentajes de cohetes de Hezbollah, que fueron construidos con financiamiento de Irán, por tres décadas”.

Y reveló que, además, en aplicación del sicariato bélico israelí, “matamos a altos comandante militares (…) y, después, matamos a sus reemplazos, y, después, a los reemplazos de sus reemplazos”.

“Y continuaremos degradando a Hezbollah, hasta que todos nuestros objetivos estén cumplidos”, garantizó.

El panorama regional, mientras el corrupto criminal de guerra siga gobernando, y los terroristas sigan reaccionando, se reduce a una militarizada ley del talión: ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie -y, ahora, misil por misil-.

 

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