El impresentable motosierrista instalado en la presidencia argentina, es, evidentemente, un plagiador consuetudinario -robar ideas está su fallido ADN-.
Y, como el monumental mediocre que es -también por cromosomas-, al plagiar, incurre en el error de cálculo de que nadie va a descubrirlo -típico de los corruptos con algún grado de poder-.
De modo que, en su infinita limitación intelectual, está seguro de que, por el hecho de que es un boludo, todos los demás lo somos.
Javier Milei, el “liberal libertario”, “el león”, el motosierrista -imagen política también plagiada- exhibió su imbecilidad, ahora, a nivel planetario: repitió, en un discurso nada menos que en Naciones Unidas -por momentos, literalmente, por momentos con variantes-, un monólogo que es parte de una serie de televisión estadounidense.
Se trata del “culebrón” político titulado “The West Wing” (“El Ala Oeste”), que aborda la agitada cotidianidad de un ficticio presidente de Estados Unidos -Josiah Bartlet, protagonizado por Martin Sheen- y sus principales colaboradores.
El nombre de la serie -creada, escrita, y producida por el guionista Aaron Sorkin- es tomado del sector así denominado de la Casa Blanca, que es el área presidencial -lo mismo operativa que residencial- del histórico edificio.
Allí está ubicada, entre otros espacios que son íconos del poder civil estadounidense, la mundialmente conocida, e histórica, Oficina Oval (the Oval Office).
La telenovela -en uno de cuyos capítulos, Arkin protagoniza el fugaz papel de “hombre en una multitud”- fue emitida, con notorio éxito, en 1999-2006.
De acuerdo con versiones periodísticas argentinas, entre el masivo público mundial estuvo, con particular entusiasmo, Santiago Caputo quien, ahora, es el principal -y turbio- asesor de Milei.
Al respecto, el histórico y conservador diario argentino La Nación, aportó detalles, en el artículo que, titulado “Sergio Caputo, el consultor que cruzó la línea y se convirtió en el ‘monje negro’ de Javier Milei”, publico el 4 de agosto.
Además de describir el creciente poder adquirido por el funcionario, y su influencia sobre Milei, La Nación reveló que, “fanático del guionista Aaron Sorkin, Caputo vio la serie ‘The West Wing’, completa, entre siete y nueve veces”.
“Pero además le sugirió a la cúpula de Move Group que quien quisiera ingresar a la consultora debía ver la serie como condición ineludible”, agregó, además de precisar, citando una fuente a quien describió como “un memorioso”, que, “para él, todo lo que aborda la política está allí”.
Move Group es una firma de consultoría y lobby que, según versiones periodísticas, fue fundada por Caputo.
En su sitio en Internet, la empresa indica que, “a lo largo de la última década, gran parte del equipo de MOVE ha participado y desarrollado diferentes proyectos para paridos políticos, candidatos, gobiernos, empresas, e instituciones académicas en diferentes países de Latinoamérica y Estados Unidos” -10, en total, según la información oficial-.
No obstante el fanatizado interés de Caputo en el drama televisivo, Bartlet y Milei son, ideológicamente, antagónicos/incompatibles/radicalmente opuestos.
El ficticio Bartlet es un personaje de -obviamente- más alto nivel intelectual, democrático, progresista -se diría que de centro, con una tenue inclinación hacia la izquierda-, mientras que el lamentablemente real Milei es una bestia autocrática, un irracional ultraderechista -la redundancia es absolutamente válida- quien, falsamente, se proyecta como populista
-confundiendo sencillez con vulgaridad-.
Adicto al robo de ideas, Milei fue -nuevamente- descubierto en la comisión de plagio.
Esta vez, nada menos que al dirigirse, la tarde del 24 de setiembre, a la 79 Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas -en el marco de la Semana de Alto Nivel, este año, desarrollada del 24 al 30 de ese mes-.
Se trata de los días durante los cuales varios jefes de Estado o de Gobierno, o sus representantes, formulan alocuciones, por lo general, fijando posición respecto a diferentes teas y a diversos acontecimientos a nivel global.
El tramo de cierre de su intrascendente discurso, fue el momento del plagio.
Un viralizado video -reproducido, días después, masivamente por medios de comunicación argentinos e internacionales, y en redes sociales-, muestra, en pantalla dividida, las dos alocuciones -textualmente, casi iguales, y, conceptualmente, idénticas-.
En la versión original, en un momento -poco más de un minuto- del capítulo 15 de la cuarta temporada, Bartlet monologa, en la Oficina Oval, frente a sus cercanos colaboradores Toby, Josh, y C.J. (Claudia Jean) -en determinado momento, nombrándolos-, hablando, principalmente, sobre derechos humanos, libertad, soberanía.
Es posible acceder al video, en numerosas direcciones electrónicas, incluida una del histórico y conservador diario argentino La Nación: https://www.lanacion.com.ar/politica/el-dia-que-javier-milei-plagio-en-la-onu-al-personaje-de-la-serie-the-west-wing-nid03102024/.

En la siguiente transcripción/comparación de parlamentos, resulta evidente el plagio mileísta -en algunos casos, palabra por palabra, en otros, conceptual-:
-Bartlet: “estamos a favor de la libertad de expresión, en todas partes” (“we’re for freedom of speech, everywhere”)
-Milei: “creemos en la libertad de expresión, para todos”
-Bartlet: “estamos a favor de la libertad de culto, en todas partes” (“we’re for freedom to worship, everywhere”)
-Milei: “creemos en la libertad de cuto, para todos”
-Bartlet: “y, porque, en nuestro tiempo, puedes construir una bomba, en tu país, y llevarla a mi país, lo que pasa en tu país, es muy importante para mí. Por lo tanto, estamos a favor de la libertad de la tiranía, en todas partes” (“and because in our time you can build a bomb in your country and bring it to my coutry, what goes on in your coutry is, very much, my business. And so, we are for freedom from tyranny everywhere”)
-Milei: “y, como en estos tiempos, lo que sucede en un país, impacta, rápidamente, en otros, creemos que todos los pueblos deben vivir libres de la tiranía y la opresión”
-Bartlet: “ya sea bajo la apariencia de opresión política, Toby, o esclavitud económica, Josh, o fanatismo religioso, C.J. Esa idea tan fundamental no puede ser abordada con, simplemente, nuestro apoyo. Debe ser abordada con nuestra fuerza” (“under the guise of political oppression, Toby, or Economic slavery, Josh, or religious fanaticism, C.J. That most fundamental idea, cannot be met with merely our support. It has o be met with our strength”)
-Milei: “ya sea que tome forma de opresión política, de esclavitud económica, o de fanatismo religioso. Esa idea fundamental, no debe quedarse en meras palabras. Tiene que ser apoyada, en los hechos”
-Bartlet: “diplomáticamente, económicamente, materialmente” (“diplomatically, economically, materially”)
-Milei: “diplomáticamente, económicamente, y materialmente”.
Golazo en contra -no de media cancha sino de arco a arco-.
Pero el impresentable pareciera ser adicto al plagio, y a ser escrachado -lo que, en lunfardo (lenguaje popular rioplatense), significa “puesto en evidencia” -.
El tema de la motosierra -el primario/violento componente de su grosera marca de fábrica-, es un ejemplo del robo de ideas -conducta en la cual persiste en incurrir-.
En este caso en particular, pareciera como que la imitadora inspiración le llegó desde Estados Unidos, específicamente del senador republicano Rand Paul -quien representa, desde 2011, en la cámara alta, al centroriental estado de Kentucky-.
Como aspirante presidencial, en 2015 -uno de los numerosos rivales de Trump, por la nominación para 2016-, Paul difundió un video proselitista en el cual aparece aplicando uno de esos agresivos implementos, a las aproximadamente 70 mil páginas del código tributario estadounidense, al tiempo que asegura que lo reemplazaría con un texto de una sola hoja.
La creación audiovisual -que sigue flotando en el ciberuniverso- apuntó a fortalecer la consigna electoral en la cual -como precandidato presidencial impulsor de cambio-, Paul llamaba a “derrotar la máquina de Washington” (“defeat the Washington machine”).
Prolífico emisor de libros sobre libertarismo, economía, antiestatismo, Milei es, en realidad, un prolífico plagiador -además de tenaz mentiroso-, según exhaustivamente documentadas versiones periodísticas argentinas.
Al respecto, una reveladora y demoledoramente fundamentada narración del diario Página 12, aportó claridad.
Página 12 tomó, en calidad de punto de partida del relato, uno de los más recientes libros de Milei –“El camino libertario”-, que, de acuerdo con la revelación, contiene -entre los datos biográficos del autor- flagrantes mentiras, y -en el texto- pasajes que son igualmente inocultable robo.
En la nota que, titulada “En los libros de Milei, hasta la biografía es inventada”, publicó el 2 de mayo, el diario precisó que, “las acusaciones de plagio contra Javier Milei reflotan cada vez que el mandatario de ultraderecha saca un libro a la luz”.
“Ahora, en la previa de la presentación de su nueva obra, Capitalismo, socialismo y la trampa neoliberal, las versiones de falsificación o tergiversación de datos ya exceden al libro en sí: hay fallas hasta en la información biográfica del Presidente”, comenzó a explicar.
“Sucede que, recientemente, en España se lanzó a la venta el anterior trabajo del economista, titulado El camino del libertario, y llamó la atención la descripción biográfica, con datos ‘erróneos’, que las principales librerías españolas exponen del mandatario argentino”, agregó.
“En primer lugar, en la ficha del autor, publicada por ‘Casa del Libro’ -la librería más grande de España- figura que Milei es Licenciado en Economía y que ‘se graduó por la Universidad de Buenos Aires’”, señaló.
Se trata de “un dato que no es correcto, puesto que el Presidente cursó su carrera en la Universidad de Belgrano”, planteó, a continuación.
“Asimismo, tanto en esa web como en el sitio de otra de las principales editoriales, ‘Planeta de Libros’, se describe que el jefe de Estado argentino ‘obtuvo su doctorado en Economía en la Universidad de California’, lo cual tampoco es cierto por un par de motivos”, siguió precisando.
El primero, se refiere a que “el economista nunca realizó un doctorado -tiene dos posgrados en IDES y Di Tella”, y, en cuanto al segundo, “tampoco existe como tal la ‘Universidad de California’ sino que ese título es un conglomerado de casas de estudio”, aclaró, de inmediato.
Página 12 hizo, así, referencia, respectivamente, al Instituto de Desarrollo Económico y Social (Ides), la Universidad Torcuato Di Tella -ambos, de Argentina-, y a la University of California (UC) -de Estados Unidos-.
En su sitio en la red, el Ides se define como “una asociación civil sin fines de lucro, de índole académica, dedicada al estudio de temas económicos, sociales, históricos, políticos y culturales, cuyo principal propósito es el de contribuir al avance científico”, y como “una institución abierta, que invita especialmente a jóvenes investigadores/as y profesionales a acercarse a cualquiera de sus múltiples actividades”.
“La creación del IDES se remonta al clima de ideas originado por el Desarrollismo a principios de los años 1960, y a la consiguiente discusión de políticas para el desarrollo argentino por parte de intelectuales, profesionales y expertos en materia económica, social y cultural”, según la misma fuente.
Entretanto, en su página en el ciberespacio, la Universidad Torcuato Di Tella se describe como “una institución sin fines de lucro, fundada en 1991, con el propósito de contribuir sustancialmente a la vida académica y a la educación en la Argentina”, y agrega que, “hoy, la Universidad se dedica a la investigación básica y aplicada de la enseñanza de grado y de posgrado en las artes y las ciencias”.
También señala que “la calidad de las instituciones de un país determina en alto grado su funcionamiento político, económico y social”, razón por la cual “el objetivo de la Universidad Torcuato Di Tella es formar a las nuevas generaciones de dirigentes empresariales, académicos, políticos y sociales que serán actores y responsables del futuro desempeño de las instituciones”.
En lo que tiene que ver con la UC, en su perfil institucional web, la entidad educativa californiana indica que “comenzó hace más de 150 años a partir de una idea sencilla aunque revolucionaria: que la universidad debe ser accesible a todos”, y asegura que “ese mismo espíritu nos guía hoy”.
La UC consta de 10 campus -sedes-, que toman, respectivamente, los nombres de las ciudades que las alojan: UC Berkeley, UC Davis, UC Irvine, UCLA (Los Angeles), UC Merced, UC Riverside, UC San Diego, UC San Francisco, UC Santa Barbara, UC Santa Cruz, de acuerdo con los datos oficiales.
Página 12 hizo, asimismo, alusión al ridículo egocentrismo de Milei, al destacar que, “en los actos oficiales se le suele denominar doctor al Presidente”.
Eso, “gracias al favor que le hizo el clan Benegas Lynch al otorgarle un Honoris Causa en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE)”, aclaró, de inmediato.
“Pero de cursar esa instancia, nada”, siguió precisando, en alusión a ese centro educativo, entre cuyas principales características no figura la excelencia académica.
En el confrontativo discurso con el cual inauguró, el 10 de enero de 2023, su nefasto período presidencial -en principio, de 2023 a 2027-, Milei hizo elogiosa referencia a uno de los integrantes de ese clan.
“Hoy, volvemos a abrazar las ideas de la libertad, esas ideas, que se resumen en la definición del liberalismo, de nuestro máximo prócer de las ideas de la libertad, el profesor Alberto Benegas Lynch hijo”, subrayó.
Pero Lynch -de ascendencia y descendencia carentes de ética- es un “máximo prócer” considerablemente turbio.
Diferentes registros históricos y periodísticos revelan que su padre -el primer Alberto Benegas Lynch- apoyó a la corrupta y sanguinaria dictadura militar argentina de 1955-1958 -la que, con la insultante etiqueta de “revolución libertadora”, derrocó al principal líder político nacional y entonces presidente, el general Juan Perón, en el segundo de sus tres mandatos (1946-1952, 1952-1955, 1973-1974).
También respaldó al último régimen de facto (1976-1983) -igualmente sanguinario y corrupto- instalado en Argentina, tras el derrocamiento de la presidenta (1974-1976) María Estela Martínez, quien, como vicepresidenta, asumió el cargo tras el fallecimiento de Perón, su esposo.
El segundo -Alberto Benegas Lynch hijo, el “prócer” mitificado por Milei-, reveló, en declaraciones reproducidas el 6 de diciembre de 2023, por un medio de comunicación argentino, que “estoy a favor de la venta de órganos (humanos), y en contra del aborto”.
Por su parte, el tercer Alberto Benegas Lynch, fue postulado, para ser diputado, por el ultraderechista y ahora gobernante partido La Libertad Avanza (LLA) -agrupación política fundada, en 2021, por Milei-.
Respecto a los puntos “equivocados” en la síntesis biográfica del energúmeno, Página 12 informó que “tampoco son pocos los que argumentan si (…) puede existir una investigación por usurpación de título”.
El periódico también abordó el ineludible tema del robo de ideas.

“Más allá de los ‘errores’ en la información personal del presidente argentino, el mencionado libro estuvo en el centro de las críticas porque se lo acusó de plagio”, informó.
“El camino del libertario, memorias económicas del presidente argentino, contiene párrafos copiados de varios académicos liberales”, reveló el diario.
“Por ejemplo, la obra plagió extractos del ensayo Fundamentos del análisis económico, publicado por Alberto Benegas Lynch, en 1972” , puso de manifiesto -dejando, de hecho, en evidencia que, en absoluta ausencia de ética, Milei ha plagiado hasta a su amado “prócer”-.
“Sin embargo, esta no es la única acusación que pesa sobre Milei”, siguió evidenciando.
“En 2023, Ramiro Vasena, un dirigente liberal, lo acusó de plagiar páginas enteras de diversos autores, incluyendo a Salvador Galindo Uribarri, un físico mexicano formado en la Universidad de Oxford, en su libro Pandenomics”, precisó, a continuación.
De la caja de Pandora abierta por Página 12, continuaron surgiendo turbios secretos del motosierrista.
En tal contexto, el diario señaló que “Roberto Cachanovsky, reconocido economista, también se cuenta entre los afectados por las prácticas de plagio de Milei, específicamente por la omisión de citar fuentes y el copiar y pegar textos”.
Por otra parte, “el director del sitio web Economía Para Todos (EPT) expresó en su momento que Milei incurrió en plagio tanto en sus libros como en sus escritos para medios de comunicación”, agregó el medio de comunicación.
“Estas acusaciones no solo ponen en duda la originalidad de las obras del Presidente sino que también cuestionan su ética profesional y su honestidad intelectual”, aclaró.
Es obvio que, en el diccionario personal de “el doctor” Milei, no figuran conceptos básicos tales como “ética profesional”, “honestidad intelectual”, “humildad”, “calidad humana”.
