Cuando Hanna Gabriels Valle entra al ring, no solo combate por un título mundial. Pelea por la dignidad, por el orgullo de un país, por las mujeres, por las personas refugiadas y por quienes nunca se rinden. Nacida el 14 de enero de 1983 en Alajuela, esta boxeadora costarricense ha escrito su nombre con letras doradas en la historia del deporte nacional e internacional.
Conocida como “La Amazona Black”, Gabriels ha sido campeona mundial en diversas categorías de peso, incluyendo superwélter, semipesado y hasta peso pesado. En abril de 2021, protagonizó un hecho histórico al conquistar simultáneamente los títulos mundiales femeninos de peso semipesado de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de peso pesado del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Ese triunfo, logrado frente a la mexicana Martha Gaytán en San José, es apenas una muestra de su talento y disciplina.
Pero Hanna no solo se define por sus puños. Su historia personal también está marcada por la defensa de los derechos humanos. En 2019 fue nombrada colaboradora especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Desde entonces, ha participado activamente en campañas contra la xenofobia, la discriminación y en favor de las personas refugiadas. “No se trata solo de ganar peleas, sino de hacer del mundo un lugar más justo”, ha declarado en entrevistas.
Su compromiso social es tan fuerte como su gancho de derecha. En Costa Rica, se ha convertido en una figura pública que inspira a mujeres, a personas jóvenes y a comunidades en situación de vulnerabilidad. No es raro verla participando en actividades comunitarias o utilizando sus plataformas para visibilizar problemáticas sociales. Para muchas personas, Gabriels es una voz poderosa que habla con el corazón… y también con la fuerza de sus logros.
No todo ha sido fácil. En 2023, una polémica empañó su carrera temporalmente, cuando dio positivo por una sustancia prohibida, presuntamente administrada por error mientras medicaba a su perro. La pelea que tenía pactada con Claressa Shields fue cancelada, pero la costarricense no se dejó vencer. Fiel a su estilo, se levantó, asumió su responsabilidad y continuó su camino con firmeza.
En un país donde los referentes femeninos en el deporte aún son escasos, Hanna Gabriels se levanta como una gigante. No solo por sus títulos, sino por el mensaje que representa: que una mujer alajuelense puede conquistar el mundo con pasión, ética y conciencia social. Por eso, distintas voces —incluyendo organizaciones comunitarias y ciudadanos— han comenzado a pedir que sea reconocida oficialmente como Hija Predilecta del Cantón Central de Alajuela.
Hanna Gabriels no solo es una campeona del boxeo. Es una campeona de la vida. Y Costa Rica tiene el privilegio de llamarla suya.
