Guatemala fue ubicada en el puesto 134 de 180 países en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa 2025, elaborada por Reporteros Sin Fronteras (RSF), mejorando cuatro posiciones respecto al año anterior. A pesar del avance, el país sigue enfrentando serios retos para garantizar condiciones óptimas para el ejercicio periodístico.
En el ámbito continental, Guatemala figura entre las cinco naciones americanas con mayores dificultades para la prensa, de acuerdo con RSF, que desde 1985 monitorea la libertad de expresión a nivel global. El informe también subraya que en América muchos medios enfrentan un complejo entorno financiero, con modelos tradicionales en crisis, migración de publicidad hacia plataformas tecnológicas globales y condiciones laborales cada vez más inestables.
Uno de los casos más significativos en Guatemala continúa siendo el del periodista José Rubén Zamora Marroquín, detenido desde julio de 2022 tras la publicación de múltiples investigaciones sobre corrupción. Organismos internacionales han manifestado preocupación por este proceso judicial, considerándolo como un posible caso de represalia por el trabajo periodístico.
Durante 2025, varios medios digitales guatemaltecos han tenido que reducir su cobertura o personal, debido al cierre de proyectos previamente financiados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Esta situación ha limitado el acceso a información independiente para diversas comunidades del país.
La Asociación de Periodistas de Guatemala (APG) también ha alertado sobre un contexto difícil: al menos 25 periodistas se han visto forzados a abandonar el país desde 2018, luego de denunciar situaciones de hostigamiento.
Con la llegada del presidente Bernardo Arévalo de León al poder en 2024, se anunció un plan para la protección de periodistas y defensores de derechos humanos. Aunque su implementación aún está en proceso, algunos sectores destacan una disminución en los niveles de hostilidad contra la prensa desde el cambio de gobierno.
A pesar de estos pasos iniciales, el país continúa en una posición frágil en cuanto a libertad de prensa, se espera que las autoridades avancen en garantizar un entorno seguro y plural para el ejercicio del periodismo.
