El patán motosierrista posiciona su vulgaridad -y su arbitrariedad- en el principal foro planetario

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El inicio de la Semana de Alto Nivel, enmarcada en la 79 Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, fue escenario para un particularmente vergonzoso despliegue de mediocridad.

El principal foro de la humanidad se convirtió, durante casi un cuarto de hora, en escenario invadido por la vulgaridad, la misoginia, la arbitrariedad.

Fue el tiempo que insumió el impresentable motosierrista argentino Javier Milei, para impartir, al mundo, una cátedra de irracionalidad, abusando de la oportunidad que le ofreció la democracia -de la que, en los hechos, reniega-, para soltar, contra la organización internacional, todos los complejos, todas la taras, toda la hipocresía que, en lo ideológico y en lo personal, lo caracterizan.

Es indudable que Naciones Unidas es una organización -la mayor en el planeta, desde que fue instalada, en 1945, inmediatamente después de la segunda guerra mundial (1939-1945)- que requiere mejoría, que opera, en aspectos clave, bajo la influencia de las cinco “grandes potencias” -China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia-.

Para citar apenas un ejemplo, el quinteto cuenta, privilegiadamente, con poder de veto sobre las resoluciones de nada menos que el Consejo de Seguridad, una de las instituciones clave –si no la principal- de la entidad mundial.

Pero plantear la ofensiva estupidez de que se trata del demonio, es, además de una soberana imbecilidad, una fenomenal muestra de ignorancia y de pobreza intelectual.

En su excelso nivel de mediocridad, Milei -quien se presenta como un “liberal libertario”, cuando no pasa de ser un malcriado neonazi con ínfulas dictatoriales-, incurrió -cual Donald Trump del subdesarrollo-, en imprecisiones y en contradicciones.

También exhibió misoginia -otro de sus tóxicos rasgos-, aunque disfrazándola de defensa de os derechos de las mujeres.

En cuanto a su unilateral visión -demonización, en realidad- de Naciones Unidas, aseveró que “una organización que había sido pensada -esencialmente- como un escudo para proteger el Reino de los Hombres se transformó en un Leviatán de múltiples tentáculos”.

La cosa es que, en realidad, según la narrativa bíblica, Leviatán es un monstruo marino
-mezcla de dragón y ballena-, de modo que es poco probable que esté dotado de tentáculos.

Por otra parte, se dio el lujo de afirmar que, “en esta misma casa – sistemáticamente – se ha votado en contra del Estado de Israel, que es el único país de Medio Oriente, que defiende la democracia liberal, mientras se ha demostrado -en simultáneo- una incapacidad total de responder al flagelo del terrorismo”.

Esto, dicho por un personaje quien está en proceso de convertirse al judaísmo, para ser “el primer presidente judío de la Argentina”.

También, dicho por un negacionista de los crímenes de lesa humanidad cometidos, vía terrorismo -militar/policial y paramilitar-, durante la tan sanguinaria cuanto corrupta dictadura militar argentina (1976-1983) -ojalá que la última-, y también negacionista de las más de 30 mil personas que la tiranía desapareció -o sea que secuestró, torturó, y asesinó, en centenares de casos robando a bebés de las víctimas-.

En esa soez conducta de insultante ocultamiento de una brutalmente flagrante realidad, el sujeto es acompañado por su vicepresidenta, la “mujer maravilla” Victoria Villaruel, nieta e hija de militares represores durante la última -en eso, dejan a un lado las discrepancias que, internamente, manejan-.

Javier Milei /Buenos Aires, Argentina, Aug. 13, 2023. (AP Photo/Natacha Pisarenko)

Milei es, además, fundador y jefe del gobernante y derechista partido político La Libertad Avanza (LLA), varios de cuyos legisladores visitaron, el 11 de julio, en la cárcel, al retirado capitán de fragata Alfredo Astiz, quien cumple, desde 2011, prisión perpetua, entre otros delitos, por su responsabilidad en los crímenes de lesa humanidad perpetrados, durante la dictadura, en la capitalina sede de la Escuela de Mecánica de la Arama (Esma).

En la Esma, donde Astiz tenía su base de operaciones, funcionó uno de los principales centros clandestinos de tortura de esa tiranía militar -que impuso el terrorismo como una de sus armas de represión lo mismo masiva que selectiva-.

Milei obviamente aplica un doble rasero en materia de terrorismo, consistente en algo así como que “el terrorismo de ellos es malo, pero el terrorismo nuestro es bueno”.

Es indudablemente cierto que, en el caso de Oriente Medio, el movimiento políticomilitar Harakat al-Muqawama al-Islamiya -que, en transliteración del árabe, significa Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas)-, que gobierna en la Franja de Gaza, es terrorista.

Pero también lo son las criminales Fuerzas de Defensa de Israel (Israel Defense Forces, IDF) que, con la excusa de combatir a Hamas, perpetra, hace casi un año, en Gaza, una guerra genocida , con saldo, de momento, superior a 40 mil víctimas fatales -la mayoría niños y mujeres-.

Su negacionismo respecto a la sanguinaria represión de la última dictadura militar argentina, lo hizo omitir, el 10 de diciembre de 2023, en su discurso inaugural como presidente, la mención de que, exactamente cuatro décadas antes -el 10 de diciembre de 1983-, terminó ese brutal régimen militar.

Se concretó, ese día, la instalación del primer presidente civil de lo que se considera como el restablecimiento democrático nacional: el centrista Raúl Alfonsín (1983-1989)-.

Ni una palabra, en ese histórico aniversario argentino -y latinoamericano-, pero, ahora, el denuesto contra Naciones Unidas, y el elogio del terrorismo genocida que el sionismo guerrerista israelí está llevando a cabo en Gaza.

Afortunadamente, horas antes, en el mismo histórico podio mundial, el izquierdista y ex guerrillero presidente de Colombia, Gustavo Petro, contextualizó, correctamente, la brutalidad genocida judía en la franja, cuando, se refirió, puntualmente, al belicista y corrupto primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

En ese sentido, Petro se refirió a “las bombas que suelta un criminal como Netanyahu, sobre Gaza”.

Y agregó: “Netanyahu es un héroe para el uno por ciento más rico de la humanidad, porque es capaz de demostrar que los pueblos se destruyen bajo las bombas”.

Alusión directa entre otros actores en el escenario político mundial, a Estados Unidos y a personajes como Milei -aunque sin necesidad de mencionar, a ninguno, por nombre-.

Igualmente, hizo mención de “los políticos, incluidos los presidentes de los países más poderosos de la tierra”, acusándolos -en obvia alusión al autócrata motosierrista argentino- de que “gritan: ‘¡Viva la libertad, carajo!’, pero es sólo la libertad del uno por ciento más rico de la población mundial que, en su sentir mercantil y libre, nos lleva a la destrucción de la atmósfera y de la vida”.

Durante su vergonzosa participación en la asamblea global, Milei quiso, además, presentarse como paladín defensor de las soberanías nacionales -un tipo quien ha declarado, públicamente, que odia al Estado-.

“Tampoco la organización ha cumplido satisfactoriamente su misión de defender la soberanía territorial de sus integrantes, como sabemos los argentinos de primera mano, en la relación con las Islas Malvinas”, aseveró.

Curiosamente, Diana Mondino -la vergonzosa canciller de Milei- y David Lammy -el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido- acordaron, el mismo día, en otro lugar de la sede de Naciones Unidas, el restablecimiento de los vuelos comerciales entre Brasil y las islas, con escala en la argentina provincia de Córdoba, de acuerdo con versiones periodísticas.

El gobierno del entonces presidente argentino (2019-2023), el peronista centroizquierdista Albero Fernández, retiró, en marzo de 2023, al Reino Unido, el permiso para la realización de sos vuelos -por la escala en territorio continental de Argentina-.

Entre sus incontables errores fruto de su ignorancia -y su racismo-, la ministra considera
-según declaraciones que formuló, en mayo, al local diario Clarín-, respecto a los naturales de China, que es difícil identificarlos individualmente, porque “son chinos, son todos iguales”.

El archipiélago argentino -ubicado en el Océano Atlántico, a unos 400 kilómetros del extremo sur de la costa atlántica del rioplatense y andino país sudamericano, y a algo más de 12 mil kilómetros del Reino Unido- es reclamado -y ocupado- por esa parasitaria monarquía europea.

La disputa territorial es constante punto de fricción entre ambas partes, lo que hizo crisis en 1982, en el enfrentamiento bélico escenificado, durante 72 días, en las islas, y que culminó -como no podía ser de otra manera- con la victoria militar de la arrogancia colonialista británica.

Sin embargo, “la guerra de las Malinas” resultó en el decisivo debilitamiento de la dictadura militar argentina, cuyo jefe, en ese momento (1981-1982) -el alcohólico general Leopoldo Galtieri-, pensó -al igual que sus estrategas- que Estados Unidos apoyaría al régimen.

27 de junio de 1986 CIJ condena a EEUU en la Haya / Informativo JBS

Serio error de cálculo: el entonces residente estadounidense (1981-1985, 1985-1989) -el corrupto guerrerista Ronald Reagan-, jamás se habría enfrentado a su alma gemela británica -la derechista primera ministra (1979-1990) Margaret Thatcher, amiga, por otra parte, del sanguinario/corrupto/cobarde dictador militar chileno (1973-1990) Augusto Pinochet-.

No conforme con sus incesantes dislates sobre Leviatán con tentáculos, terrorismo malo y terrorismo bueno, las imperfecciones de Naciones Unidas, Milei tuvo tiempo -en los 14 minutos y 27 segundos que duró su triste/ridícula verborrea-, para exhibir su inveterada misoginia.

Las dos veces que se refirió a la población mundial, no habló de la humanidad sino, machistamente, del “hombre”.

“Pasamos de una organización que perseguía la paz, a una organización que le impone una agenda ideológica a sus miembros, sobre un sinfín de temas, que hacen a la vida del hombre en sociedad”, señaló.

También dijo que Naciones Unidas es “una organización, que nació para defender los derechos del hombre”.

De modo que, como todavía no salió de la cueva machista, Milei no sabe que, hace bastante tiempo, no se habla más del “hombre” -para aludir a la humanidad-, ni se habla más de “los derechos del hombre” -sino de los “derechos humanos”.

Sería oportuno que alguien se lo haga saber -y, de paso, que la organización aprobó, en 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos -no de los derechos “del hombre”-.

Obviamente, no será nadie de su entorno inmediato -como su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, machistamente apodada “El Jefe”, no “La Jefa”, o su vergonzoso vocero presidencial, Manuel Adorni-.

El motosierrista misógino también criticó a Naciones Unidas por la inclusión de países violadores de los derechos de las mujeres, en agencias especializadas en la defensa de las garantías fundamentales de la población femenina global.

Sin identificarlos, aludió, en particular, a Afganistán y a Irán, cuyas brutales teocracias musulmanas se destacan, a nivel mundial, por la brutalidad de su discriminación contra las mujeres -lo que incluye privarlas de sus derechos-.

“En esta misma casa que dice defender los derechos de las mujeres, permiten el ingreso, al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, a países que castigan a sus mujeres por mostrar la piel”, planteó en alusión a la agencia especializada de Naciones Unidas más conocida por su nombre y su sigla en inglés -Committee on the Elimination of Discrimination against Women, Cedaw-.

Sin embargo, en su desinformación/ignorancia, no hizo referencia a la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (Commission on the Status of Women, CSW), a la cual las dictaduras afgana e iraní lograron incorporarse.

No se trata de “mostrar la piel” -como, banalmente, dijo Milei- sino de la sistemática y letal violación a los derechos humanos con las cuales regímenes como esos dos -y numerosos otros-, oprimen a las respectivas poblaciones femeninas.

Se trata, por ejemplo, de países -efectivamente, representados en el Cedaw y en la CSW- en los cuales, entre otras crueles violaciones a los derechos de las mujeres, se lleva a cabo la criminal práctica de la mutilación genital femenina.

Sí, la inclusión de tales países en estructuras creadas para defender los derechos de las mujeres y de las niñas, es parte importante de las imperfecciones que es urgente enmendar, en Naciones Unidas.

Pero ninguna satanización es buena.

Y, en este caso, en lo que tiene que ver con la crítica a la Cedaw, llama, poderosamente, la atención que la demonización fue formulada por el autócrata derechista quien, en uno de los primeros actos de su nefasta administración -apenas juramentado- eliminó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad -creado, exactamente cuatro años antes, por Fernández-.

Y también llama la atención que la satanización viene de quien cerró el Salón de la Mujer, ubicado en la Casa Rosada -la sede del Poder Ejecutivo argentino-.

El espacio, inaugurado por la centroizquierdista peronista ex presidenta (2007-2011, 2011-2015) Cristina Fernández de Kirchner -popularmente conocida como Cristina, y como CFK-, pasó a denominarse Salón de los Próceres Argentinos.

El régimen mileísta eligió, específicamente, el 8 de Marzo (8M) -Día Internacional de la Mujer-, para formular el anuncio.

Encargado de dar a conocer la misógina acción, el inexpresivo Adorni dijo entonces, en la cotidiana conferencia de prensa, que la orden del caso fue impartida por “El Jefe” -o sea, la secretaria general de la Presidencia, o sea, la hermana del motosierrista-.

El salón original, fue inaugurado, el 6 de marzo de 2009 -casi tres meses después de iniciada la primera de las dos administraciones de CFK-.

El lugar fue espacio para homenajear, con imágenes, a referentes del feminismo argentino.

Se destacaron la histórica comandante independentista Juana Azurduy (1780-1862), quien, como líder guerrillera del Alto Perú (lo que actualmente es el occidente boliviano), combatió también por la independencia de Argentina.

Igualmente, la cantautora y escritora María Elena Walsh (1930-2011), intelectual antiperonista quien -en un hecho sorprendente, para la época- hizo público, a mediados de los ’50, su lesbianismo.

Asimismo, Eva Perón (1919-1952), esposa del ex presidente Juan Perón, y emblemática activista social, también tuvo presencia en el salón original.

Marcando un fuerte contraste machista, el Salón de los Próceres es territorio exclusivamente masculino -sin espacio para mujeres-.

Milei no puede, en ningún momento, dejar de ser el patán que -por ADN- es, de modo que, en su habitualmente descontrolada vulgaridad, cerro su demencial discurso con la habitual imbecilidad: “Viva la libertad, carajo!”.

Sorprendentemente, ahora fue más recatado: en lugar de las tradicionales tres estúpidas veces, lo gritó solamente una estúpida vez.

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