Después de casi dos meses de inactividad, el Volcán de Fuego en Guatemala ha vuelto a despertar con fuerza. Durante la madrugada del domingo 9 de marzo, alrededor de las 3:00 a.m., la red de sensores del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) registró fuertes explosiones, acompañadas de avalanchas incandescentes, marcando el fin de 49 días de aparente calma.
Según los informes del Insivumeh, la actividad volcánica ha ido en aumento desde la mañana del domingo, caracterizándose por una constante desgasificación y sonidos estruendosos similares a los de una turbina de avión. De continuar con esta intensidad, las columnas de ceniza podrían alcanzar alturas superiores a los 6,000 metros sobre el nivel del mar y desplazarse hasta 40 kilómetros en dirección oeste, suroeste y noroeste.
Evacuaciones y medidas de emergencia
Ante la intensificación de la actividad volcánica, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) ha declarado alerta naranja y ha procedido con la evacuación de comunidades cercanas. Al menos 900 personas han sido trasladadas a refugios temporales en el municipio de Alotenango, donde las autoridades han habilitado el salón municipal como albergue.
Los descensos de flujos piroclásticos han sido reportados en las barrancas Las Lajas, El Jute, Seca y Ceniza. Aunque estos flujos se han mantenido en niveles moderados, las autoridades advierten que podrían intensificarse en las próximas horas, lo que representa un alto riesgo para las poblaciones cercanas.
Restricciones y recomendaciones
En respuesta a la emergencia, el Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat) ha restringido el ascenso a los volcanes Acatenango y Fuego. Asimismo, se ha prohibido la permanencia en la zona conocida como «El Camellón» debido al comportamiento inestable del volcán.
El Observatorio Guatemalteco de Vigilancia Volcánica (OGVV) ha alertado sobre el riesgo para la navegación aérea en los alrededores del volcán, dado que la ceniza se dispersa rápidamente con los fuertes vientos. Se recomienda a la población estar atenta a los reportes oficiales y seguir las indicaciones de las autoridades.
Impacto en comunidades y medio ambiente
Las comunidades de Alotenango y San Pedro Yepocapa han reportado la caída de ceniza volcánica, afectando la visibilidad y la calidad del aire. Las autoridades sanitarias han recomendado el uso de mascarillas y gafas protectoras para evitar problemas respiratorios y oculares. Además, la ceniza puede causar daños en cultivos y fuentes de agua, lo que podría impactar la economía local en los próximos días.
Conclusión
La reactivación del Volcán de Fuego representa un nuevo desafío para Guatemala. Mientras las autoridades continúan con la vigilancia instrumental y visual de la actividad volcánica, la población debe mantenerse informada y preparada para posibles evacuaciones. El país sigue en alerta, recordando que la naturaleza es impredecible y que la prevención es clave para mitigar los riesgos ante este fenómeno natural.
