René Aranguren, representante de la Fundación Nuestros Pequeños Hermanos (NPH), no solo lidera una organización dedicada a la protección y el bienestar de niños y niñas vulnerables en América Latina y el Caribe, sino que también encarna un espíritu de fe y servicio que trasciende fronteras. Desde su base en Suba, Bogotá, Colombia, su mensaje resuena con fuerza: “Una iglesia de rodillas en oración ante Dios es más poderosa que un ejército de un millón de soldados con las armas más poderosas”.
La Fundación NPH: Más que Ayuda, Transformación
La Fundación NPH es una organización sin ánimo de lucro con un impacto significativo en la vida de los más necesitados. René, como su representante, destaca el compromiso de esta entidad con la creación de un entorno seguro y lleno de esperanza para niños y niñas en situación de vulnerabilidad. La misión de la fundación, basada en valores cristianos, combina asistencia integral con la formación espiritual, reconociendo que el desarrollo humano pleno requiere tanto de apoyo material como espiritual.
«La Iglesia Fuera de las Cuatro Paredes»
Aranguren adopta una perspectiva innovadora sobre el papel de la iglesia en la sociedad contemporánea: «Somos la iglesia fuera de las cuatro paredes», afirma. Su visión invita a los creyentes a llevar su fe más allá de los templos, impactando comunidades a través de acciones concretas de amor y solidaridad. Bajo esta premisa, René no solo predica con palabras, sino también con hechos, liderando iniciativas que promueven el bienestar de los más desfavorecidos.
El Avivamiento del Cielo
Desde Suba, Bogotá, René proclama un mensaje de avivamiento espiritual destinado a todas las naciones: «Porque somos cabeza y no cola. Este avivamiento del cielo desde Bogotá, Colombia, está destinado para todas las naciones de la tierra». Su llamado es una invitación a la transformación personal y colectiva, motivando a otros a ser agentes de cambio a través de la oración, la fe y el servicio.
Impacto Global Desde una Fe Local
El enfoque de René Aranguren trasciende el ámbito local. Inspirado en principios bíblicos, cree firmemente que una comunidad unida en oración y acción puede marcar la diferencia en el mundo. Este mensaje ha encontrado eco más allá de las fronteras colombianas, llegando a corazones y mentes en diversas regiones, reforzando la idea de que el cambio global comienza con pequeños pasos de fe y compromiso.
Conclusión: Un Líder en el Camino del Servicio
René Aranguren es un ejemplo de liderazgo inspirado en la fe, demostrando que el verdadero poder reside en la capacidad de transformar vidas mediante el amor y la dedicación. Su mensaje y labor desde la Fundación NPH continúan inspirando a miles, recordándonos que la iglesia, más que un edificio, es una comunidad en acción.
Desde Bogotá para el mundo, René Aranguren y su mensaje de avivamiento nos llaman a reflexionar sobre nuestro papel en la construcción de un futuro más justo y lleno de esperanza.
