El panorama agropecuario de Costa Rica en el año 2050 está marcado por varios factores globales y locales, que van desde el cambio climático hasta las presiones demográficas y la evolución tecnológica. Si bien el futuro aún está por escribirse, las tendencias actuales nos dan una idea de los desafíos y las oportunidades que podrían definirse en las próximas tres décadas. Es crucial abordar este futuro con una visión integral que permita balancear el crecimiento de la agricultura y ganadería con la conservación del medio ambiente.
Pérdida de Tierras Fértiles
Uno de los mayores retos que enfrenta el sector agropecuario es la degradación del suelo. En un escenario en 2050, la pérdida de tierras fértiles podría ser una realidad si no se toman acciones efectivas hoy. La desertificación, la deforestación y la degradación del suelo, fenómenos que ya afectan a diversas partes del mundo, incluyendo América Latina, podrían intensificarse. Costa Rica, un país que ha logrado avances en la conservación de sus recursos naturales, no estaría exento de estos impactos si continúa con una expansión agrícola y ganadera desmedida.
Competencia por el Uso del Suelo
El crecimiento poblacional, que podría superar los 10 millones de habitantes en Costa Rica, aumentará la presión sobre las tierras disponibles para la agricultura, ganadería y urbanización. Esto podría generar conflictos entre estos usos del suelo y, más aún, entre la conservación ambiental y la expansión de la frontera agrícola. Europa, por ejemplo, ya enfrenta situaciones similares, donde los intereses por el uso de la tierra generan tensiones entre los diferentes sectores productivos.
Si no se toman medidas estratégicas, la dependencia de importaciones de alimentos podría poner a Costa Rica en una situación precaria, ya que muchos de los países de donde se importan los alimentos también enfrentan sus propios desafíos para asegurar el suministro a sus poblaciones.
Impacto del Cambio Climático
El cambio climático será otro factor determinante en la evolución del sector agropecuario en Costa Rica. Alteraciones en los patrones de lluvia, temperaturas más extremas y eventos climáticos como sequías e inundaciones afectarán la disponibilidad de tierras aptas para el cultivo y el pastoreo. Algunas zonas que actualmente son productivas podrían volverse inadecuadas para la agricultura o la ganadería, lo que obligaría a los productores a adaptarse a nuevas realidades, como el uso de cultivos más resistentes o la modificación de sus métodos de producción.
Disminución de Tierras para Ganadería
La ganadería extensiva podría reducirse en respuesta tanto al impacto ambiental que genera, como a los cambios en las preferencias alimentarias a nivel mundial. Se espera que en 2050 haya una transición hacia dietas más sostenibles, con un mayor consumo de alimentos vegetales, insectos, proteínas derivadas de bacterias unicelulares y carne cultivada en laboratorio. Esto podría disminuir la demanda de tierras para pastoreo, favoreciendo la sostenibilidad de la ganadería.
Sin embargo, los profesionales de la zootecnia, nutrición y veterinaria jugarán un papel clave en esta transición. Será fundamental que los gobiernos implementen programas que promuevan la investigación , la educación en nuevas tecnologías y prácticas agrícolas.
Soluciones: ¿Qué Podemos Esperar?
A pesar de los desafíos mencionados, existen oportunidades para un futuro más sostenible y resiliente. Aquí algunos enfoques clave para la agricultura y la ganadería en 2050:
Agricultura Regenerativa y Sostenible: Las técnicas agrícolas que mejoran la salud del suelo, como la agricultura regenerativa, que captura carbono y reduce el uso de químicos, podrían ser una solución para mantener y recuperar tierras productivas. Estas prácticas permiten recuperar la biodiversidad y aumentar la productividad a largo plazo.
Innovación Tecnológica: La adopción de tecnologías avanzadas, como la agricultura vertical, los cultivos en interiores, el uso de drones, inteligencia artificial y la edición genética (CRISPR), podría transformar el sector. Estas tecnologías permitirían producir más alimentos con menos tierra y recursos, reduciendo la huella ambiental.
Cambio en el Consumo Alimentario: El cambio hacia un consumo de menos carne y más proteínas alternativas será un factor crucial en la sostenibilidad del sector agropecuario. Los alimentos de origen vegetal, los insectos comestibles y la carne cultivada en laboratorio disminuirían la presión sobre las tierras dedicadas a la ganadería.
Los Riesgos de No Actuar
Si Costa Rica no toma medidas decisivas, podría enfrentar consecuencias negativas para su biodiversidad. La deforestación, si no se frena, podría afectar enormemente los ecosistemas que albergan fauna y flora única. La pérdida de estos recursos naturales implicaría también una caída significativa en el turismo, una de las principales fuentes de ingresos del país. Además, el deterioro ambiental afectaría gravemente la calidad de vida de las futuras generaciones.
Hacia un Futuro Integrado
El futuro de la agricultura y ganadería en Costa Rica dependerá en gran medida de la capacidad del país para adoptar modelos más sostenibles y resilientes. Para 2050, el país debe proyectar un uso de la tierra más integrado, donde la agricultura y la ganadería coexistan con la conservación ambiental. Esto requerirá de políticas públicas claras, innovación constante y un enfoque firme en la descarbonización del sector agropecuario.
El próximo ministro de agricultura tiene ante sí la responsabilidad de liderar esta transición. Para garantizar el éxito, es necesario que se cuente con una visión integral y expertos en áreas clave, como la ingeniería agrónoma y la ciencia ambiental, en lugar de optar por perfiles ajenos al sector agropecuario, como economistas o abogados, como ha sucedido en ocasiones anteriores.
En resumen, Costa Rica tiene la oportunidad de convertirse en un modelo global de sostenibilidad agropecuaria si actúa con decisión en los próximos años. Solo con un enfoque integrado y soluciones innovadoras podrá asegurar que sus tierras agrícolas y ganaderas sigan siendo productivas, mientras protege su biodiversidad y enfrenta los desafíos del cambio climático.
