Contundente mayoría de votantes salvadoreños opta por más autoritarismo, nunca se arrepentirá lo suficiente

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El mensaje de Nayib Bukele, a sus seguidores, es claro: el autoritarismo es la solución.

Alardeando 85 por ciento de los sufragios -desde antes que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunciara los primeros resultados preliminares-, Bukele se aseguró, el 4 de febrero, un nuevo quinquenio en la presidencia, y llamó a sus compatriotas a estar expectantes respecto a sus acciones en el nuevo quinquenio -que comienza el 1 de junio-.

También alardeando la casi totalidad de los escaños en la unicameral Asamblea Legislativa -por lo menos 58 de los 60- obtenidos por el gobernante partido Nuevas Ideas (N) -la inicial de Bukele, su fundador-, dijo que la oposición quedó eliminada -pero democráticamente.

El número de diputados se redujo, mediante la reforma de 2023, al Código Electoral, de 84 a 60 legisladores, que era el número vigente con anterioridad a la firma de los acuerdos de paz que, en 1992, pusieron fin a la guerra (1980-1992) -cuyo saldo fue por lo menos 75 mil víctimas fatales, además de aproximadamente ocho mil desaparecidos-.

El triunfo de Bukele tiene dimensión nacional, ya que ganó en los 14 departamentos (provincias) que constituyen el país centroamericano con la menor territorialidad y la mayor densidad demográfica.

De acuerdo con los datos periódicamente actualizados por el Tse, en su sitio en Internet, computado, poco antes de la medianoche, algo más de 31por ciento de los votos, los posicionamientos de los cinco candidatos presidenciales seguían el siguiente orden (cálculo solamente numérico, no porcentual):

-Bukele: 1,295,888 votos

-Manuel Flores, postulado por el ex gobernante, ex guerrillero, y centroizquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln), 110,244 votos

-Joel Sánchez, impulsado por la escuadronera y ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), 96,700 votos

-Luis Prada, el aspirante por el centroizquierdista Nuestro Tiempo (NT), 35,129

-José Renderos, candidato por la derechista Fuerza Solidaria (FS), 13,381

-Marina Murillo, como la opción presentada por la derechista Fraternidad Patriótica Salvadoreña (FPS), 10,312.

En el exageradamente triunfalista mensaje de aproximadamente 24 minutos, con el cual, ubicado en el balcón central del Palacio Nacional -ex sede de los tres poderes del Estado, ahora sede del Ministerio de Cultura-, asumió la universalmente pronosticada victoria electoral, el reelecto autócrata presentó una muy subjetiva síntesis de su labor presidencial, proyectó una sobredimensionada imagen personal, y proclamó a El Salvador como el país más seguro de América.

Además, asumiendo una posición exageradamente nacionalista, criticó -reiteradamente- al periodismo, a gobiernos de diferentes países, a organismos internacionales, a quienes adjudicó una falta de capacidad para entender el contexto salvadoreño.

“Este día, El Salvador ha roto todos los récords, de todas las democracias, de toda la historia del mundo!”, exclamó, al inicio de su mensaje.

“En todos los rincones del mundo, desde que existe la democracia, nunca un proyecto había ganado con la cantidad de votos que hemos ganado este día”, aseveró, para agregar que, “es, literalmente, el porcentaje más alto de toda la historia”, y que “es la diferencia, entre el primer y el segundo lugar, más alta en toda la historia”.

“Y no sólo hemos ganado la Presidencia de la República, por segunda vez, con más del 85 por ciento de los votos, sino que hemos ganado, la Asamblea Legislativa, con 58 de 60 diputados, como mínimo”, al reafirmar “58 de 60, como mínimo”, dijo que es posible que sean más”.

“Sería la primera vez que, en un país, existe un parido único n un sistema plenamente democrático”, vaticinó, además de asegurar que, “hoy, la oposición, junta, quedó pulverizada”.

Luego de trazar una línea de tiempo en la que simplificó las acciones que ha emprendido para controlar los poderes del Estado -incluido el Régimen de Excepción impuesto en 2022, para combatir la criminalidad-, describió, a El Salvador, como “el país más seguro de todo el Hemisferio Occidental”.

En cuanto a los resultados de la votación, aseguró que “el pueblo salvadoreño habló, y no sólo hablo fuerte y claro sino que hablo de la manera más contundente en toda la historia de la democracia en el mundo entero”.

“El pueblo salvadoreño dijo: ‘queremos continuar el camino que llevamos”, reafirmó, en el discurso que fue interrumpido, con ovación, consignas -incluida “Bukele! Bukele!”-, al final de casi cada frase.

Respecto al combate antidelincuencial además de alabar las medidas impuestas por su régimen, aseguró que “estamos a pun de ganar la guerra contra las pandillas”.

También dijo que, “lateramente, pasamos de ser. El país más inseguro del mundo, a ser el país más seguro de todo el hemisferio occidental, el país más seguro de todo el continente americano”.

En la opinión de Bukele, la atención internacional está enfocada en El Salvador, porque “los salvadoreños nos hemos unido”.

“Aquí no hay polarización”, aseguró, de inmediato, y aclaro que, “como siempre, habrá un pequeño grupo opositor, eso es normal en cualquier país libre (…) pero, aquí, no hay polarización”.

Eso, está demostrado en el hecho de que “el 85 por ciento de os salvadoreños, han votado por continuar el camino que llevamos, en plena libertad y en plena democracia”

Al reiterar que “El Salvador pasó, de ser el más inseguro, al más seguro”, advirtió: “ahora, ya en estos próximos cinco años, esperen a ver lo que vamos a hacer”.

 

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