Ruta de la Ley de identidad de Género en Costa Rica, Opinión Consultivas y otras cosas no contadas

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Natasha Jiménez M./Foto-Medios

El camino para garantizar el derecho de la identidad y la expresión de género en la cédula, ha estado en Costa Rica lleno de obstáculos desde afuera y peor aún, desde adentro, (imagino que en otros países ha sido igual o peor)

Es en el año 2010, cuando la activista y muralista Natalia Porras logra que el Registro Civil cambie el reglamento de fotografía, y se permitiera que las personas trans accediéramos a un documento que respetara nuestra expresión de género a través de la imagen en el mismo, y que mediante la figura de “Conocido Como”, se nos permitiera usar nuestro nombre elegido a manera de un “alias”.

Este acto, y la recién aprobada Ley de Identidad en Argentina, me inspiran para empezar a trabajar en ese tema; y es así, que mediante un grupo focal con el Grupo Mundo Trans en el 2011 como punto de partida, que empezamos el proceso de la redacción de una propuesta de ley de identidad que beneficiara a las personas Trans costarricenses.

De los insumos de este primer grupo focal, de entrevistas a diferentes personas y de la compilación de mucha información es que surge “El Derecho a la Identidad de las Personas Trans en Costa Rica”, con el apoyo de la colaboradora de Mulabi en ese entonces Mónica Monge y con el auspicio de MAMA CASH  de Holanda, es que logramos presentar esta investigación en el 2012, en el Centro Cultural Español; y con este documento bajo el brazo, es que nos presentamos ante el Presidente del Registro Civil, con el fin de exponerle la necesidad de que se generara una iniciativa que garantizara este derecho fundamental, del cual se derivarían otros derechos para esta población históricamente vulnerabilizada. De la misma manera, llevé este producto y esta inquietud ante la en ese entonces, era la Defensora de los Habitantes, y con el invaluable apoyo de Mariela Matarrita es que redactamos el primer borrador del Proyecto de Ley de Identidad de Género.

Después de un largo proceso de revisión, sobre todo por la comisión de niñez y adolescencia de la Defensoría, es que me hacen una devolución del texto, con el cual empiezo mi proceso de incidencia dentro de la Asamblea Legislativa en el año 2014, algo que se dice fácil en blanco y negro, pero que llevó mucho trabajo de mapeo de posibles aliados y opositores, de concertar citas y de tocar puerta por puerta para presentarles un tema del que ni gays o lesbianas (no todos debo admitir), querían hablar, porque el tema del momento era el matrimonio entre parejas del mismo sexo o en su defecto, algo que garantizara los mismos derechos de las parejas heterosexuales; e incluso algunos me decían que para que yo intentaba meter ese tema que terminaría embarrialándoles la cancha.

Eso y las burlas de otras activistas trans no me detuvieron, y después de mucho trabajo de comunicación, entrenamiento a asesores y de una paciencia franciscana, es que logro que 16 diputados de tres de las fracciones con mayor peso en ese entonces apoyaran el Proyecto de Ley, y que se presentara ante la Secretaria Técnica, luego de una rueda de prensa el 18 de enero de 2016.

A partir de ahí es que esta propuesta empieza su camino por la corriente legislativa hasta lograr que la Comisión de Derechos Humanos le diera un fallo positivo por unanimidad, y es cuando logra llegar ahí, que un proyecto de cuyo nombre no quiero acordarme porque es como el MONSATO para las organizaciones de la sociedad civil que toca, que se acuerdan de proyecto que presento a través de Mulabi, porque resulta que era uno de sus indicadores el generar un proyecto de ley de identidad, y es ahí que le surgen un montón de novios y novias, y ahora resulta que después de haber recibido muchos comentarios y burlas al inicio, ahora resulta que muchas personas que no recuerdo habían sido parte del proceso o me amenazaban con llevarse el proyecto y ponerle otro nombre al que yo ya había presentado.

Mientras tanto, la administración gubernamental ya estaba por terminar y para que el proyecto avanzara, el Poder Ejecutivo debía llamarlo a sesiones extraordinarias en la Asamblea Legislativa para que pudiera seguir su camino. Y es así que solicito audiencia con la Vice Presidenta de la República en el afán de que lo convocaran, pero el argumento que se me da, es que prefieren hacer la consulta ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre el derechos a la identidad y al matrimonio civil entre parejas del mismo sexo, basada en el único proyecto que estaba en la corriente legislativa con el tema del respeto a la identidad de las personas trans y en los cuatro que pretendían garantizar los derechos de las parejas del mismo sexo.

Lo demás es historia, se logra un fallo a favor por parte de la Corte a través de la Opinión Consultiva y se alaba este logro como un logro de un gobierno, sin tomar en cuenta todo el trabajo que las organizaciones, y en muchos casos personas específicas dentro de organizaciones hemos venido haciendo.

Es hora de que esta como otras historias salgan a la luz, que salgan de las gavetas y de las mentes de las personas que realmente fueron les protagonistas.

 

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