El sacerdocio en Argentina enfrenta una crisis vocacional que refleja cambios profundos en la transmisión de la fe, factores culturales y sociales, y el avance de otras religiones como el evangelismo. En 2004, 1247 jóvenes aspiraban al sacerdocio, pero 20 años después ese número se ha reducido a apenas 481. Este fenómeno no solo afecta la cantidad de seminaristas, sino también la infraestructura de la Iglesia Católica, obligándola a repensar su uso y, en algunos casos, desprenderse de propiedades.
Un fenómeno multifactorial
El presbítero Mauricio Larrosa, presidente de la Organización de Seminarios de Argentina (OSAR), señala que la disminución en vocaciones sacerdotales está directamente relacionada con la densidad de vida cristiana en las comunidades. La transmisión de la fe, que en el pasado recaía en madres y abuelas, ahora enfrenta una ruptura generacional. “Nuestra generación adulta no es capaz de transmitir un legado a las nuevas generaciones”, comenta Larrosa.
En seminarios como el San José de la Diócesis de Morón, se han agrupado estudiantes de otras diócesis debido a la falta de aspirantes, mientras que instituciones como el Instituto de Filosofía y Teología han cerrado sus puertas. Esto ha llevado a que los espacios se adapten a otros usos, como casas de retiro, para mantenerse activos.
El peso cultural y el avance evangelista
El creciente protagonismo de las iglesias evangélicas es otro factor que afecta las vocaciones católicas. Larrosa explica que el enfoque evangelista, que fomenta una práctica más activa de la fe, resulta atractivo para muchas personas en barrios humildes. “Nosotros hemos tenido una mirada asistencial, mientras que en el culto evangélico los fieles son invitados a participar y aportar activamente”, señala.
Además, la imagen de la Iglesia como una institución conservadora, con normas como el celibato, resulta poco atractiva para las nuevas generaciones. Según Fortunato Mallimaci, sociólogo especializado en religiones, también han tomado fuerza órdenes religiosas ultraconservadoras que rechazan valores modernos como la diversidad y los derechos LGBTIQ+, algo que puede alejar aún más a los jóvenes.
¿Quiénes eligen ser sacerdotes?
La última Encuesta Nacional de Seminaristas, realizada por la OSAR en 2024, revela que la mayoría de los aspirantes tarda aproximadamente cuatro años en decidir su vocación. La edad promedio es de 27 años, y un 52.4% proviene de clase media. A pesar de las dificultades, muchos se ven motivados por el ejemplo de sacerdotes que transmiten alegría y compromiso social.
Entre las prioridades que identifican estos jóvenes se encuentran la acción concreta frente a desafíos sociales , la promoción de valores evangélicos como la solidaridad y la esperanza.
Un desafío global
El Papa Francisco ha impulsado una visión más inclusiva y global para la Iglesia, buscando dialogar con otras religiones y adaptarse a los desafíos contemporáneos. Según Mallimaci, esto responde a un contexto mundial donde las grandes corporaciones y el tecnofeudalismo plantean nuevos desafíos. Sin embargo, la Iglesia debe encontrar un equilibrio entre su tradición y las demandas de una sociedad en constante cambio.
El futuro del sacerdocio
La crisis vocacional refleja un momento de transformación para la Iglesia Católica en Argentina. Si bien enfrenta desafíos significativos, también tiene la oportunidad de reinventarse, fortaleciendo su rol en la sociedad y adaptando su mensaje a las necesidades actuales. La pregunta clave es si logrará hacerlo en un mundo que exige respuestas rápidas , enfoques más inclusivos y participativos.
