
Un reciente estudio presentado por el Colegio de Periodistas y Profesionales en Ciencias de la Comunicación Colectiva de Costa Rica (Colper) y el Centro de Investigación en Comunicación (CICOM) de la Universidad de Costa Rica (UCR) ha puesto en evidencia una alarmante realidad: el 39% de las mujeres comunicadoras que sufren violencia digital se autocensuran como una medida de protección. Este fenómeno no solo afecta la libertad de prensa, sino que también compromete la capacidad de las ciudadanas para participar activamente en la construcción de opinión pública.
El estudio, titulado «Violencia digital contra mujeres en el ejercicio profesional de la comunicación», es el segundo que se realiza con el objetivo de visibilizar los diferentes tipos de violencia digital que enfrentan las mujeres en el ámbito de la comunicación. Entre las formas de agresión más comunes se encuentran la deslegitimación del liderazgo, amenazas físicas y la distribución no consensuada de imágenes íntimas.
Autocensura: una respuesta común ante la violencia
Yanancy Noguera, presidenta de la Junta Directiva del Colper, subrayó la importancia de que la institución visibilice esta problemática y exigió una acción continua por parte de diversas organizaciones y del Estado para combatir estas tendencias. «Es fundamental que las mujeres comunicadoras nos sintamos seguras en los espacios digitales en los que nos desempeñamos», expresó Noguera.
Por su parte, la doctora Yanet Martínez, Directora del CICOM UCR, destacó el impacto de la autocensura en la libertad de prensa y en la salud mental de las comunicadoras. Según Martínez, el silenciamiento de las mujeres comunicadoras no solo afecta su ejercicio profesional, sino que también priva a la sociedad de opiniones y datos relevantes para la discusión pública.
Violencia vicaria y otros tipos de agresión
Uno de los aspectos más preocupantes del estudio es la violencia vicaria, un tipo de violencia dirigida a personas cercanas a las comunicadoras. El 60% de las encuestadas indicó haber sufrido este tipo de violencia, lo que evidencia un patrón de intimidación que trasciende a las propias profesionales. Este tipo de agresión, junto con la vigilancia, los discursos de odio, las amenazas físicas, conforman un entorno hostil que deslegitima las capacidades profesionales y los atributos personales de las mujeres en los medios de comunicación.
Necesidad de capacitación y apoyo
A pesar de la gravedad de la situación, solo un 31,03% de las comunicadoras encuestadas indicó haber recibido capacitación en seguridad digital y manejo de redes sociales en los últimos seis meses. Esta carencia subraya la necesidad de ofrecer más formación y apoyo en este ámbito. Organizaciones como la Red de Mujeres Periodistas, la Universidad para la Paz, el COLPER y la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género han sido mencionadas como fuentes de apoyo en la materia.
Noguera reafirmó el compromiso del Colper en seguir ofreciendo opciones de protección y respaldo ante la violencia digital. «El Colper es una de las organizaciones que las comunicadoras mencionan como fuente de capacitación en violencia digital, y eso nos enorgullece», añadió.
Conclusión
La violencia digital contra mujeres comunicadoras es una realidad persistente que requiere atención urgente. La autocensura y la violencia vicaria no solo afectan a las profesionales, sino que también limitan el derecho de la ciudadanía a recibir información veraz y oportuna. Es imperativo que se tomen medidas concretas para garantizar la seguridad de las mujeres en los entornos digitales , se promueva una cultura de respeto y equidad en todos los espacios de comunicación.




