La educación, reconocida como un derecho humano fundamental por la UNESCO, es clave para erradicar la pobreza, combatir la desigualdad y promover el desarrollo sostenible. En el marco del Día Internacional de la Educación, celebrado cada 24 de enero, Manos Unidas resalta la urgencia de invertir en educación como un paso esencial hacia un futuro más equitativo y justo.
La crisis educativa global
En 2024, las cifras alarmantes subrayaron la magnitud del problema: 250 millones de niños, jóvenes sin escolarizar y 617 millones sin alcanzar competencias básicas en lectura y matemáticas. En África subsahariana, donde el 28 % de los niños no asisten a la escuela, las carencias son particularmente graves: un cuarto de las escuelas carece de luz, agua potable y saneamiento básico. Además, en un mundo interconectado, la mitad de los estudiantes no tiene acceso a computadoras ni internet.
En América Latina y el Caribe, la situación también es preocupante. Uno de cada 10 estudiantes no dispone de una computadora en su escuela, dos de cada 10 carecen de acceso a internet en los centros educativos, lo que perpetúa la exclusión digital y educativa.
La labor de Manos Unidas
Frente a esta realidad, Manos Unidas se alinea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4, que promueve una educación inclusiva, equitativa y de calidad. En los últimos cinco años, esta ONG española ha desarrollado 629 proyectos educativos en Asia, África y América, invirtiendo cerca de 38 millones de euros. Estas iniciativas no solo mejoran la calidad de la enseñanza, sino también el acceso a la misma.
Educación para el Desarrollo (EpD)
Más allá de los proyectos sobre el terreno, Manos Unidas trabaja en la sensibilización de la sociedad española a través de la Educación para el Desarrollo. Esta estrategia invita a reflexionar sobre cómo los estilos de vida del Norte global influyen en las comunidades del Sur. María José Hernando, del departamento de Estudios de la organización, señala que “sin educación no se puede romper el ciclo de pobreza que afecta a millones de personas”.
Hacia un cambio de paradigma
Manos Unidas aboga por un enfoque educativo transformador, que fomente una relación más armoniosa con el medio ambiente y entre las personas. Este objetivo se alinea con el Pacto Educativo Global impulsado por el papa Francisco, que busca construir una “aldea de la educación” basada en el diálogo y la inclusión.
Un compromiso inquebrantable
En países como Benín, Camboya y Guatemala, los proyectos de Manos Unidas están marcando la diferencia, proporcionando a miles de personas las herramientas necesarias para construir un futuro más prometedor. “Invertir en educación es invertir en dignidad, igualdad y paz”, concluye Hernando.
A través de su trabajo incansable, Manos Unidas recuerda que garantizar el derecho a la educación no es solo una meta, sino una responsabilidad compartida para alcanzar un mundo más justo y sostenible.
