La concentración realizada este 1° de mayo en el Parque Central de San José fue un éxito rotundo. En el marco del Día Internacional del Trabajo, decenas de personas adultas mayores, junto con organizaciones sociales, alzaron la voz para exigir a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) el cumplimiento de la resolución de la Sala Constitucional que ordena avanzar en la construcción de una nueva sede para el Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología Raúl Blanco Cervantes.
La manifestación fue convocada por la Junta de Salud del hospital como una medida de presión ante el vencimiento del plazo de 60 días naturales que la Sala IV otorgó a la CCSS para completar los estudios de factibilidad del proyecto, plazo que expiró el 30 de abril sin resultados concretos.
Durante la protesta, los participantes reclamaron la falta de avances reales y exigieron un cronograma oficial que incluya la compra de terrenos, la elaboración del plan funcional, el diseño del nuevo hospital y la licitación de la obra.
“Lo que necesitamos es una definición sobre la aprobación de la Junta Directiva de la declaratoria de interés público, la compra de los terrenos, el plan funcional aprobado, el diseño del hospital y la parte financiera para sacar a licitación esta importante obra”, declaró Alicia Avendaño, presidenta de la Junta de Salud del hospital, durante el acto.
Pese a que la CCSS ha catalogado el proyecto como una prioridad institucional desde hace años, los avances han sido prácticamente nulos. Esta inacción fue lo que llevó a las organizaciones a interponer un recurso de amparo, el cual derivó en la orden judicial.
La resolución de la Sala Constitucional advirtió que el incumplimiento de este mandato podría acarrear consecuencias legales, como multas económicas o incluso penas de prisión para los responsables.
La concentración del 1° de mayo no solo fue una protesta por una infraestructura médica necesaria, sino también una denuncia pública del abandono al que se ve sometida una parte fundamental de la población costarricense: las personas adultas mayores. Su presencia en el corazón de la capital recordó a la sociedad y a las autoridades que el envejecimiento digno es un derecho que no puede seguir siendo postergado.
