Voces de Indignidad

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Naciones Unidas / 80 Asamblea General

Según la insultante posverdad de Netanyahu, los victimarios son las víctimas

El matonismo volvió a hacerse oír en la 80 Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas: tres días después de Donald Trump, el podio de ese foro mundial fue asaltado por el corrupto primer ministro de Israel, el criminal de guerra Benjamin Netanyahu.

Armado con la insultante posverdad que el sionismo guerrerista/imperialista usa para tratar de justificar lo injustificable, Netanyahu repitió la falaz letanía de que Israel es víctima de la agresión de Palestina, que no está perpetrando genocida limpieza étnica en la Franja de Gaza sino que está respondiendo a una acción terrorista ocurrida hace dos años, que Israel quiere ser un faro de progreso para el resto de naciones.

Al hablar en la cuarta jornada de la Semana de Alto Nivel de la asamblea -participación de jefes Estado y de gobierno, o sus representantes-, que se desarrolló, este año, del 23 al 29 de setiembre, presentó, contradictoriamente, un inventario de acciones criminales con las que ha asesinado a líderes árabes, una lista de destructivas operaciones militares contra diferentes países de Oriente Medio, un elogio a la capacidad espionaje que posee el sionismo gobernante israelí.

Pero, a diferencia de años anteriores, esta vez habló en una sala de sesiones considerablemente vacía, ya que alrededor de la mitad de los centenares de integrantes de las delegaciones que representan a los 193 países miembros, se retiró del lugar cuando Netanyahu se instaló en el podio.

Sin embargo, la masiva muestra de dignidad no impidió que el fugitivo de la justicia universal -está requerido, por la Corte Penal Internacional (CPI), por crímenes de guerra y de lesa humanidad- y de la israelí -enfrenta juicio penal por actos de corrupción- profiriese, durante algo más de 40 minutos, sus habituales mentiras.

Uno de los principales puntos de apoyo de su vergonzosa alocución fue la repetida/burda narrativa de lo ocurrido el 7 de octubre de 2023.

Esa mañana, el terrorista movimiento políticomilitar palestino Harakat al-Muqawama al-Islamiya -que, en transliteración del árabe, significa Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas)-, lanzó, esa mañana, desde la palestina Gaza, un ataque contra varios objetivos civiles en territorio de la limítrofe Israel.

El saldo de esa agresión fue el asesinato de 1,200 personas, y el secuestro de otras 250
-judíos israelíes y de otras nacionalidades-.

Israel respondió, por la noche, invadiendo militarmente la franja, genocida agresión que se mantiene, y que, al momento de redactar esta nota, ha significado más 66,000 víctimas fatales -mayoritariamente, niños (unos 20 mil) y mujeres (unas 12 mil)-, alrededor de 170 mil heridos, aproximadamente 12 mil desaparecidos, destrucción masiva -principalmente, por la vía de recurrentes bombardeos- de infraestructura -con criminal enfoque en hospitales, escuelas, instalaciones de organizaciones humanitarias internacionales, incluidas agencias especializadas de Naciones Unidas-.

Más recientemente, las criminales Fuerzas de Defensa de Israel (Israel Defense Forces, IDF), han sumado, a su asesino modus operandi, los ataques -bombardeos incluidos- contra civiles masivamente agrupados en los escasos centros de distribución de escasa ayuda de emergencia -alimentos, medicinas-.

Igualmente, la intensificación del bloqueo al ingreso de esas asistencia, habiendo generado la hambruna que, hasta ahora, ha matado a aproximadamente 500 personas -niños de cinco años o menores, en la mayoría de los casos-.

Al exponer, por enésima vez, la soez narrativa oficial israelí, Netanyahu aseveró que, “el 7 de octubre, Hamas llevó a cabo el peor ataque contra judíos, desde el Holocausto”.

El primer ministro aludió así a la genocida persecución antijudía implementada, por el expansionista régimen nazi alemán (1933-1945) en los países europeos que mantenía ocupados, con saldo de por lo menos seis millones de víctimas fatales.

Continuando con su fabricado relato del 7 de octubre, Netanyahu dijo que los atacantes “masacraron 1,200 personas inocentes, incluidos más de 40 estadounidenses, y otros extranjeros de decenas de países representados aquí”.

“Decapitaron hombres, violaron Mujeres, quemaron bebés vivos, quemaron bebés vivos delante de sus padres. Qué monstruos”, agregó.

“Estos monstruos se llevaron a más de 250 personas como rehenes, entre ellos, sobrevivientes del Holocausto, abuelas, abuelas y sus nietos”, siguió narrando.

A continuación, preguntó: “quién toma como rehenes a abuelas y nietos?”, para responder: “Hamas lo hace”.

“Hasta ahora, hemos traído a casa a 207 de esos rehenes, pero 48 siguen en las mazmorras de Gaza”, dijo, además de indicar que “20 de ellos están vivos, hambreados, torturados, privados de la luz del día, privados de humanidad” -de quienes leyó los respectivos nombres-.

A continuación, aseveró -en uno de los varios componentes teatrales de su patético discurso- que “quiero hacer algo que nunca he hecho antes: quiero hablar, desde este foro, directamente, a esos rehenes, a través de altoparlantes”.

“He rodeado, a Gaza, con altoparlantes masivos, conectados a este micrófono, con la esperanza de que nuestros queridos rehenes oigan mi mensaje”, indicó, en alusión a la frontera terrestre de unos 59 kilómetros que, al norte y al este, la franja comparte con Israel.

“Voy a decirlo, primero, en hebreo, y, después, en inglés”, explicó.

“Nuestro valientes héroes: soy el primer ministro Netanyahu, hablándoles, en vivo, desde Naciones Unidas”, dijo, derrochando demagogia.

“No los hemos olvidados, ni siquiera por un segundo”, agregó, además de expresar que “el pueblo de Israel, está con ustedes”, para agregar que “no desistiremos, no descansaremos hasta que los traigamos, a todos, a casa”.

Retomando su discurso, informó que “gracias a los esfuerzos especiales de la inteligencia israelí, mis palabras ahora también son transportadas, son transmitidas, en vivo, a los teléfonos celulares de los gazatíes”.

A continuación, envió un mensaje a la dirigencia de Hamas.

“A los líderes de Hamas que aún quedan, y a los carceleros de nuestros rehenes, ahora les digo: depongan sus armas. Dejen ir a mi pueblo! Liberen a los rehenes! Todos, la totalidad de los 49. Liberen a los rehenes, ahora!”, planteó.

“Si lo hacen, ustedes vivirán. Si no, Israel los cazará”, amenazó, como cierre del mensaje al enemigo.

Retomando, nuevamente, su discurso, detalló la actividad bélica israelí, haciendo referencia, entre otros aspectos, a lo que describió como “el eje de terror de Irán”, indicando que “este eje, amenazó la paz del mundo entero, amenazó la estabilidad de nuestra región, y la existencia misma de mi país, Israel”.

Como justificación a los reiterados bombardeos israelíes contra objetivos en Irán -y al bombardeo estadunidense del 22 de junio, contra una instalación nuclear iraní-, Netanyahu señaló que “irán estaba, rápidamente, desarrollando un masivo programa de armas nucleares, y un masivo programa de misiles balísticos”.

“Tenían el propósito de no solamente destruir a Israel” sino que “tenían el propósito de amenazar a Estados Unidos y chantajear a naciones en todos lados”.

También señaló que, “desde Gaza, Yehiah Sinwar, envió oleadas de terroristas de Hamas”, los que “irrumpieron en Israel, el 7 de octubre, y cometieron actos de indecible salvajismo”.

Sinwar (1962-2024) fue presidente del Buró Político de Hamas, y segundo en la estructura de mando de Hamas en Gaza, quien murió, en octubre de 2024 en un enfrentamiento con las IDF.

Netanyahu también precisó que, “desde Líbano (país limítrofe con Israel), Hassan Nasrallah ha lanzado miles de misiles y cohetes contra nuestras ciudades, aterrorizando a nuestros ciudadanos”.

Nasrallah (1960-2024) fue un clérigo y dirigente político libanés quien fue secretario general de Hezbollah -(en transliteración del árabe: Partido de Dios)-.

Hezbollah es una organización políticomilitar que opera principalmente en el sur de Líbano -país de cuyo parlamento es integrante-, y en Siria.

Estos dos países comparten frontera terrestre de unos 403 kilómetros, y ambos son linderos con Israel -a lo largo de, respectivamente, 81 y 83 kilómetros-.

Consistente en el Consejo Jihad -que dirige sus operaciones militares y de seguridad- y el parrido Bloque Lealtad a la Resistencia -su componente político, representado, en el parlamento libanés, por 15 de los 128 integrantes-, Hezbollah adoptó el modelo organizativo creado por el radical ex dictador religioso iraní (1979-1989) ayatola Ruhollah Khomeini.

Netanyahu también señaló a Siria, y dijo que, en ese país, “el asesino dictador Assad alojó a fuerzas de Irán, apretando la soga de muerte alrededor de nuestras gargantas”.

El dictatorial Bashar al-Assad, presidente (2000-2024) de Siria -quien sucedió en el cargo a su padre, el tirano (1970-2000) Hafez al-Assad-, fue derrocado, el 8 de diciembre de 2024, culminando una guerra civil de más de una década (2011-2024).

Netanyahu se refirió, a continuación, a Yemen, indicando que, desde ese país del sur de la Península Árabe, “los Houthis lanzaron misiles balísticos contra Israel, además de ahogar el comercio mundial a la entrada del Mar Rojo”.

La islámica organización políticomilitar Ansar Allah (en transliteración del árabe: Seguidores de Dios) -popularmente conocida como al-Hūthiūn (en transliteración del árabe: Movimiento Houthi), fue fundada en 1994, en Saada, en el extremo noroeste de Yemen, país del cual fue la capital.

Esta organización terrorista toma su nombre de la etnia Houthi -que habita el sector norte de Yemen-, a la cual pertenece la mayoría de los dirigentes de la organización.

El Movimiento Houthi, ahora con base operativa en la noroccidental ciudad de Sana’a -la capital nacional-, tiene presencia, principalmente, en la franja fronteriza norte -el límite terrestre, de 1307 kilómetros, con Arabia Saudita-.

Luego de presentar esa enumeración de fretes bélicos abiertos por Israel, Netanyahu preguntó, orgulloso: “entonces, qué ha ocurrido en el año transcurrido”.

Y respondió, con obvia satisfacción: “hemos golpeado, repetidamente, a los Houthis (…) aplastamos el grueso de la máquina de terror de Hamas; paralizamos a Hezbollah, matando a casi todos sus líderes, y destruimos mucho de su arsenal de armas (…) destruimos los armamentos de Assad en Siria, frenamos las milicias shiitas de Irán” -la shiita y la sunita, son las dos principales ramas del islam-.

“Y, lo más importante, y por encima de cualquier otra cosa que pueda yo decirles o que hicimos en este año transcurrido, en esta década transcurrida: devastamos los programas de armas atómicas y misiles balísticos de Irán”, subrayó.

De inmediato, presentando una síntesis guerrerista, dijo: “aquí es donde las cosas están hoy”.

“La mitad de la dirigencia Houthi, en Yemen, eliminada. Yahya Sinwar, en Gaza, eliminado. Hassan Nasralla, en Líbano, eliminado. El régimen de Assad, en Siria, eliminado. Esas milicias en Iraq? Bueno, siguen frenadas, y sus líderes, si atacan a Israel, también serán eliminados”, enumeró.

“Y, en cuanto a los principales comandantes militares de Irán y sus principales científicos, bueno, también están eliminados”, precisó.

Respecto al reciente enfrentamiento armado Israel-Irán, que duró 12 días (13-25 de junio), aseguró que “quedará registrado en los anales de la historia”.

“Nuestros arriesgados pilotos neutralizároslas defensas antimisiles de Irán, y tomaron control de los cielos sobre Teherán (la capital)” relató, agregando que “ustedes vieron eso: pilotos de cazas israelíes y pilotos de B2 estadounidenses, bombardearon los sitios de enriquecimiento nuclear de Irán”.

En manipulador elogio de su cómplice estadounidense, dijo que “quiero agradecer al presidente Trump por su audaz y decisiva acción”, destacando, además, que “el presidente Trump, y yo, prometimos que evitaríamos que Irán desarrollara armas nucleares, y cumplimos esa promesa”.

“Removimos una amenaza existencial para Israel, y una amenaza mortal para el mundo civilizado, quitamos una oscura nube que habría cobrado millones y millones de vidas”, siguió teatralizando -en estilo trumpiano-.

“Pero (…) debemos mantenernos vigilantes, debemos mantenernos absolutamente con la mente clara, y vigilantes: no podemos permitir que Irán reconstruya sus capacidades militares nucleares”, advirtió, convenientemente manteniendo activo el escenario bélico regional, y la mira enfocada en ese país persa.

“La existencia de uranio enriquecido, esa existencia, debe ser eliminada”, agregó, en alusión a un componente clave para la construcción de armas nucleares.

Al reunirse Trump y Netanyahu, el 29 de setiembre, en la Casa Blanca -por cuarta vez en lo que va este año-, ambos gobernantes anunciaron una nueva propuesta de acuerdo
-presentada a Hamas-, con miras a la liberación de rehenes y al fin del genocidio en Gaza.

Anteriores iniciativas similares, fueron sistemáticamente saboteadas lo mismo por Hamas que por Israel.

No obstante las negociaciones -al parecer exitosas- iniciadas ahora, para la implementación del nuevo acuerdo, las IDF -al igual que en los casos anteriores-, siguieron bombardeando la franja.

Netanyahu tiene claro que la agresión a Gaza es la garantía de avanzar en el plan sionista de establecer -en el territorio que actualmente cubren los Estados de Israel y de Palestina- la Gran Israel.

También tiene claro que, en la medida en que Israel mantenga frentes de guerra activos, puede -aunque sea coyunturalmente- protegerse frente a los procesos penales israelíes en los que está acusado de haber incurrido en actos de corrupción -incluyendo enriquecimiento ilícito-.

De modo que no resulta sorprendente su reciente advertencia, en Naciones Unidas, de que “no hemos terminado, todavía” (“we’re not done, yet”).

Con o sin compromisos de paz, el sionismo imperialista, es guerrerista.

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