La Casa Blanca informó este martes (ayer) los acuerdos tomados entre el presidente Biden con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador para fortalecer las relaciones bilaterales en materia migratoria, sobre el trabajo conjunto para regular el flujo migratorio y de medidas correctivas más severas una vez entre en vigor el Título 8 en la frontera entre EE. UU. y México, para quienes sean deportados. Los mandatarios de ambos países destacaron «el valor de gestionar la migración de manera humana y ordenada, con la ampliación de las vías lícitas y el establecimiento de consecuencias para la migración irregular.»
Centro América también fue un punto de agenda, al reafirmar su compromiso compartido para abordar las causas fundamentales de la migración procedente de la región. Sin embargo, el tema político de fondo pasó inadvertido.
Biden y López Obrador confirmaron que después del 11 de mayo seguirán implementando la iniciativa conjunta calificada como exitosa que, en cuatro meses, consiguió una reducción del 95% en las interceptaciones de personas procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela en la frontera entre EE. UU. y México.