Ajustado margen de ventaja invierte resultados y ubica a Hernández al frente

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Un extremadamente ajustado margen de ventaja ubicaba hoy al presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien procura reelegirse, al frente en el conteo de los votos emitidos en los comicios el domingo, invirtiendo los resultados que desde entonces registraba el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

De acuerdo con la más reciente actualización del conteo de votos en la elección presidencial, el TSE indicó esta tarde, en su sitio en Internet, que, habiéndose computado 82.89 por ciento de las mesas receptoras de sufragios, Hernández reunía 42.21 por ciento de los votos, frente a 42.11 por ciento de su principal adversario, Salvador Nasralla.

Mientras se conocía esta información, Hernández, postulado por el derechista y gobernante Partido Nacional (PN), y Nasralla, candidato por la centroizquierdista Alianza de Oposición Contra la Dictadura –integrada por dos partidos-, firmaban un compromiso de aceptación de los resultados oficiales a ser anunciados por el TSE.

El compromiso fue gestionado por el jefe de la Misión de Observación Electoral (MOE) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el ex presidente boliviano Jorge “Tuto” Quiroga.

Los dos dirigentes firmaron, respectivamente, dos breves textos de tres puntos, de igual tenor indicando, entre otras cosas, en el último, que “me comprometo a aceptar los resultados del escrutinio definitivo para el voto presidencial del TSE, siempre y cuando se hayan sumado todos los votos contenidos en todas y cada una de las actas de la elección presidencial”.

Ello, “incluyendo hasta el último voto de aquellas que deban ser procesadas por inconsistencias y/o escrutinio especial, para así garantizar el respeto a la voluntad de todos los cuidadnos hondureños que sufragaron el domingo”, según el texto reproducido esta tarde por medios locales.

También llamaron a los hondureños “a esperar con calma y en paz el escrutinio” del TSE.

Asimismo, exhortaron a los integrantes del TSE “a actuar con diligencia e imparcialidad en estas horas críticas que vive nuestra patria”, en alusión a la tensa expectativa resultante de la lentitud con la cual la autoridad electoral viene manejando el escrutinio lo mismo que la divulgación de datos, principalmente de la elección presidencial.

Al presentar, en conferencia de prensa –a la que no asistieron los candidatos-, el acuerdo titulado “Declaración por la democracia hondureña”, firmado, según indica el texto, ante la MOE-OEA, Quiroga –quien gestionó la suscripción del texto- elogió a ambos dirigentes.

“Este es un gesto de ambos candidatos que va a ayudar al pueblo hondureño a mantener la paz”, aseguró.

“El punto tres (…) me parece que es lo más destacable”, ya que, allí, “ambos se comprometen a aceptar los resultados del escrutinio general cuando se procese la última acta y el último voto con los mecanismos que están establecidos por ley”, subrayó.

De acuerdo con el marcadamente atrasado primer informe oficial con datos preliminares de la votación presidencial, dado a conocer la madrugada del lunes, sobre la base del escrutinio de 57 por ciento de los votos, Nasralla se ubicó entonces en el primero de los nueve lugares de la pugna, con 47.17 por ciento de sufragios, seguido por Hernández, con 40.21 por ciento.

Una nueva actualización realizada ayer por el tribunal, cuando se había computado 62 por ciento de los sufragios el margen de ventaja de Nasralla se redujo a 44.3 por ciento, mientras el porcentaje de Hernández subió a 40.5.

El compromiso firmado hoy marca un considerable cambio en la posición de la alianza, que desde la campaña electoral advirtió, reiteradamente, sobre la posibilidad de fraude para asegurar el triunfo de Hernández.

En uno de sus más recientes planteamientos en ese sentido, Nasralla dijo ayer, en conferencia de prensa, que “el presidente (Hernández), que controla al presidente del tribunal electoral (David Matamoros), está haciendo todo lo posible para quitarnos el triunfo”.

Al respecto, en posterior conferencia de prensa, Matamoros refutó lo planteado por el candidato, al subrayar que “yo no obedezco órdenes de nadie, de absolutamente nadie obedezco órdenes, nadie me las puede dar, y, si me las quisiera dar, tampoco las voy a aceptar”.

El presidente del TSE reafirmó que, “nosotros, simple y sencillamente, damos a conocer el resultado de las actas”, y aseguró que “el Tribunal Supremo Electoral no tiene no está sujeto a ningún partido político ni a ningún candidato, no le debemos obediencia a ningún candidato ni a ningún partido”.

“Les pedimos, a los candidatos, que sepan tener la paciencia, que sepan tener la serenidad, y acepten el veredicto que se dio el domingo en la noche”, dijo el funcionario, quien formuló “un llamado, a ambos candidatos –a Juan Orlando Hernández y a Salvador Nasralla-: el tribunal no va a decidir quién gana, eso lo decidió el pueblo, el domingo”.

“El tribunal, sólo va a dar a conocer el resultado de las actas, y el resultado exacto de las actas”, señaló, a continuación.

“El domingo en la noche, el pueblo hondureño escogió a su presidente para los próximos cuatro años, y esa decisión que se tomó el domingo es la que se va a ir dando a conocer, a medida que vayan entrando las actas, y serán, esa decisión y esas actas, que nos lleven, a nosotros, que, simplemente, como contadores, procesamos los números y los damos a conocer”, planteó.

El TSE convocó, en mayo, a los 6.2 millones de votantes registrados –del total de 8.7 millones de habitantes-, a elegir, el domingo pasado, a un presidente, tres designados presidenciales (vicepresidentes), 128 legisladores, 298 jefes de gobiernos municipales, 20 diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen).

Asimismo, unos 50 mil hondureños estaban habilitados para votar en el exterior, mayoritariamente en Estados Unidos –en siete ciudades: Atlanta, Houston, Los Angeles, Miami, Nueva Orleans, Nueva York, Washington-.

El registro de electores en el exterior fue, este año, marcadamente superior a los aproximadamente tres mil habilitados para los comicios de hace cuatro años, ganados por Hernández.

La jornada cívica –que se desarrolló en un contexto de calma- fue monitoreada por miles de observadores nacionales  y unos 600 internacionales, incluidos los enviados por una treintena de países americanos, además de  las misiones, respectivamente, de la OEA y la Unión Europea.

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